El Consuelo de Jesús en la Muerte de Nuestros Seres Queridos

Imagen de Jesús al pie de la cruz
Imagen de Jesús al pie de la Cruz en Viernes Santo.

Es mu difícil pensar en la muerte de nuestros seres queridos. Esas personas a las que amamos con nuestro corazón y que siempre están en nuestros pensamientos.

Pero, esta semana, en el Evangelio del domingo escuchamos este dulce mensaje de Jesús:

“La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: ´Me voy, pero volveré a su lado´. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean”.

Que estas palabras de nuestro Señor: “Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo” nos den el consuelo que nuestra alma busque en esos momentos tan difíciles que tenemos que pasar en nuestras vidas. Amén.

Lecturas del Domingo: Julio 1o, 2018 – La muerte en nuestras vidas

Resucitar a la hija de Jairo
“Resucitando a la hija de Jairo”, por Web Gallery of Art:   Image  Info about artwork, Public Domain, Link

Esta semana estamos en el 13o Domingo ordinario,  y el tema principal es la muerte; bueno, no en realidad, sino la fé. Aunque, pensándolo bien, el verdadero tema de este día es cómo la fé puede vencer a la peor de las circunstancias, incluyendo la muerte.

En nuestra vida diaria, todos tenemos dos miedos muy grandes: miedo a una enfermedad mala y larga, y el otro es a la muerte. El primero de estos temores es prevenible hasta cierto punto: llevar hábitos saludables reducen nuestro riesgo de problemas de salud. Pero el segundo, de ese sí no nos podemos escapar.

Dice la primera lectura, tomada del libro de la Sabiduría:

“Dios no hizo la muerte, ni se recrea en la destrucción de los vivientes. Todo los creó para que subsistiera. Las criaturas del mundo son saludables; no hay en ellas veneno mortal.
“Dios creo al hombre para que nunca muriera, porque lo hizo a imagen y semejanza de sí mismo”.

Esta parte del la lectura es muy importante, pues está dejando en claro que la muerte no es un acto de Dios en sí. La idea era estar siempre en el paraíso, junto a Dios. Entonces, ¿qué fue lo que pasó? Sigue la lectura:

“Mas por envidia del diablo, entró la muerte en el mundo y la experimentan quienes le pertenecen”.

Bien, ya tenemos al culpable.

Pero la muerte, es irreversible. ¿No lo crees? Mira lo que dice el evangelio de hoy:

“En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se le acercó uno de los jefes de la sinagoga llamado Jairo. Al ver a Jesús se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: ´Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva´”. Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía”.

Jairo es empleado de los miembros de la sinagoga, de hecho alguien con mucho poder. Pero a él no le importa lo que digan sus superiores. Él ha escuchado todas las intrigas de los miembros del sanedrín y los escribas, pero en el miedo de perder a su hija no hace caso y se entrega ciegamente a Jesús, a pesar de que por seguro podrá perder su empleo o el favor de sus jefes.

“Unos criados llegaron de la casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: ´Ya se murió tu hija. ¿Para que sigues molestando al Maestro?´. Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: ´No temas. Basta que tengas fé´. No permitió que lo acompañaran mas que Pedro, Santiago y Juan”.

Toda esta recolección es importante. Primero, al sentar que se trata de una persona de alto nivel –jefe de la sinagoga que hasta criados tiene en su casa–, se deja claro que no es algo inventado que ocurrió en un lugar escondido y sin testigos. Segundo, los criados atestiguan que, efectivamente, la niña falleció. Esos son los hechos.

“Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, Jesús vió el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: ´¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida´. Y se reían de él.
Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: ´¡Talitá, kum!´, que significa ´¡Óyeme, niña, levántate!´ La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y le mandó que le dieran de comer a la niña”.

Un relato que nos deja mudos. Una serie de hechos que están en la escritura con datos y nombres. Un resultados que sorprendió y hasta atemorizó a muchos. Una conclusión hermosa y consoladora.

La fé puede existir aún en la más terrible de las situaciones. Jairo –el jefe de la sinagoga–, a pesar de todos los contras que iba a tener en su vida– creyó y siempre tuvo fé.

Por favor, no temas. Sólo ten fé.

Lecturas del Domingo: Junio 23, 2017 – “No tengan miedo”

El profeta Jeremías en una pintura de Miguel Angel
Jeremías, por Miguel Angel

Este es el domingo de la confianza en Dios, y uno de los mejores ejemplos de templeza y valor, pero también de flaqueza, es el profeta Jeremías quien vivió alrededor de 600 años antes de Jesús.

Jeremías es conocido como el profeta “que no tenía miedo“, que constantemente criticaba las fallas de los gobernantes, de los sacerdotes y escribas, y del mismo pueblo. Por esta razón tenía muchos apodos como “el llorón”, “el crítico“, y hasta “el profeta del terror“.

Y como resultado, la gente hablaba a sus espaldas. En términos de hoy diríamos que ya lo tenían completamente harto con chismes, murmuraciones, y constantes amenazas. En la primera lectura de hoy, se queja: “Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: denunciemos a Jeremías, denunciemos al profeta del terror. Todos los que eran mis amigos espiaban mis pasos, esperaban a que tropezara y me cayera diciendo: si se tropieza y se cae, lo venceremos, y podremos vengarnos de él“.

Cualquier semejanza con hechos de la vida actual es mera coincidencia.

Y es que servir a Dios nunca ha sido una tarea fácil, y como ejemplo tenemos a los cientos de mártires y santos que por servir y llevar la palabra de Dios tuvieron muertes violentas y hasta salvajes.

Pero Jesús viene al rescate de estos pensamientos con un verdad confortante. Nos dice el Hijo de Dios en el Evangelio de hoy:

“No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse, no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día, y lo que les diga al oído repítanlo en las azoteas.
“No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo”.

Jeremías estuvo a punto de renunciar a su apostolado, pero al final recibió el valor de Dios para seguir adelante. Asi también nosotros, cuando sintamos el miedo a seguir adelante en nuestras vidas, recordemos el valor del profeta y las palabras de Jesús: “No temas; estaré contigo hasta el final de los tiempos“.

Lecturas del Domingo: Junio 5, 2016 – Resucitar a los muertos

Elías resucitando al hijo de la viuda
“Elías resucitando al hijo de la viuda”, por Louis Hersenthttp://www.bridgemanartondemand.com/art/144259/Elijah_Resuscitating_the_Son_of_the_Widow_of_Sarepta, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8338339

Después de la cuaresma y Pentecostés, hoy retomamos el tiempo ordinario. Las lecturas del día de hoy se basan en uno de los mayores milagros que cualquiera puede presenciar: la resucitación de un ser querido.

Elías, en la primera lectura, se ha estado quedando con una viuda pobre, que junto con su hijo, estaba a punto de morir de hambre. Gracias a la presencia del Profeta –Elías es considerado por el pueblo judío como el profeta más grande– la comida no se acaba. Desafortunadamente, el hijo de la viuda muere, y ella le reclama de manera amarga por la muerte del pequeño.

Elías toma al niño, lo lleva a otra alcoba, implora a Dios por la vida del muchacho, y lo cubre con su cuerpo tres veces, con lo que el pequeño resucita.

En el Evangelio de hoy, Jesús y sus discípulos ven como afuera de la ciudad de Naím sacan a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda pobre. Fíjate que son dos relatos con personajes similares: viudas pobres que lo han perdido todo, y ahora a sus hijos también. Esta parte ha sido importantemente resaltada para presentar el pueblo Judío que Jesús está a la altura de Elías (obviamente sabemos que es alguien mucho mayor), pero las escrituras tienen que ir convenciendo a los descendientes de Abraham poco a poco de la estatura del Hijo de Dios.

Jesús también resucita al muchacho y se lo entrega a la viuda. Ahora, este milagro no sólo lo presencia una persona, sino todos los que iban en el sepelio y los discípulos. La lectura nos dice que todos se llenaron de miedo –entendible, puesto que los presentes ven a un muerto revivir– pero lo más importante es que la noticia empezó a correr a más pueblos.

Jesús resucitará a más personas, culminando con su amigo Lázaro, y así no dejará duda de su lugar en el Trono de Dios.

Apocalipsis – Parte X

La nueva Jerusalén
By Kimon Berlin, user:Gribeco – own work, based on public domain tapestry (14th century), CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=921959

El día de hoy terminamos la narración de los hechos del apocalipsis. Después de nueve episodios sabemos que la lucha del bien contra el mal es finalmente ganada por Dios y el Cordero, y que la Humanidad sufrirá terribles consecuencias por sus iniquidades, falta de fe, desobediencia, y entrega al enemigo.

Pero, regresando a la parte anterior, sabemos que Satanás, el dragón, ha sido encadenado y lanzado a un abismo por el que estará encerrado por mil años; posiblemente se ha pensando que durante este tiempo el chamuco saldrá reformado al ver que sus planes han fallado. Pero, ¿qué pasará en realidad? Definitivamente ¡el hombre de rojo saldrá encolerizado! Efectivamente, así es: después de ser liberado, el diablo vuelve a poner a mucha gente contra Dios.

¡Ay, Dios Mio! ¿Por qué no hemos aprendido?, ¿Por qué somos de cabeza tan dura y no entendemos todo lo que ha pasado? Los estudiosos dicen que, en mil años, la destrucción del imperio de las bestias y del falso profeta se habrán convertido en historias fantásticas, leyendas. El mil años habrán pasado casi 40 generaciones, y es fácil imaginar que habrá muchos avances tecnológicos y científicos. Tal vez no haya hambres, ni crímenes, y pocas enfermedades. Así que será fácil olvidarse de Dios.

¡Qué terrible! Parece se que la única forma en que la Humanidad puede tener presente a Dios es sólo cuando existen enfermedades, problemas, muertes. Y todavía nos preguntamos por qué Dios nos manda los problemas que tenemos ahora. La respuesta: para que no nos olvidemos de Él. Un poco confuso, pero si te fijas lo que pasará a la gente del futuro descrito en el párrafo anterior, lo comprenderás mejor.

En fin, Satanás logra formar un ejercito gigantesco que sitiará de nuevo a la ciudad donde viven los santos, los justos, y los seguidores de Dios. A punto de atacar, el gigantesco ejercito del mal será destruido por una lluvia de fuego que caerá del Cielo, y el dragón no recibirá más clemencia: será arrojado al mismo fuego eterno donde ya se encuentran la bestia y el falso profeta.

Todo el mal ha acabado por fin.

El último juicio

Después, todos los muertos resucitarán. Recuerda que en el capítulo anterior mencionamos la primera resurrección –la de los justos y los mártires– pero ahora vienen todos los demás. Miles de millones serán juzgados por sus obras, las cuales están escritas en el libro del bien y del mal. Nadie se escapará de este juicio. Todos los malos serán arrojados al mar de fuego, y los buenos a compartir con Dios… en la Nueva Jerusalén.

Finalmente, la Muerte será también vencida y arrojada al mar de fuego.

El dolor y la muerte finalmente desaparecerán.

El último mensaje

Dios le dice a Juan que escriba: “Voy a llegar pronto”.

Apocalipsis – Parte V

Apocalipsis
By Viktor M. Vasnetsovhttp://lj.rossia.org/users/john_petrov/166993.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2649874

Ahora que El Cordero está frente a Dios y ha comenzado a romper los sellos del libro que sostiene su Padre, Juan comienza a prescenciar eventos sobrenaturales, pero que muchos coinciden se trata de eventos que ya pasaron a nuestra época. Ojo: Nadie tiene la razón completa, sólo podemos tomar conclusiones basados en las descripciones del apostol.

Los primeros cuatro sellos están relacionados con los famosos Caballos del Apocalipsis. Cada vez que el Cordero rompa uno de estos sellos, uno de los seres vivientes dirá “Ven” y uno de los caballos vendrá, se le dará su papel… y partirá al mundo.

  • Primer sello: Caballo Blanco, con un jinete que carga un arco y flechas y con una actitud completa de vencer y conquistar. Para muchos teólogos, se trata de la Palabra de Dios, que será lanzada a conquistar todos los reinos de la Tierra.
  • Segundo Sello: Caballo Rojo, con un jinete que carga una espada que quitará la paz sobre el mundo. Este par representa la Guerra.
  • Tercer Sello: Caballo Negro, con un jinete que carga una balanza. No, no se trata de la Justicia como muchos piensan. Al entrar a escena se escucha una voz que dice “Una media de trigo por una moneda de plata; tres medidas de cebada por una moneda también.” y luego hace una terrible premonición: “ya no gastes el aceite ni el vino”. Este caballo y su jinete representan lo perecedero y la avaricia, lo que tiene fecha límite de vida. La balanza, el comercio, nos dice que vendrán tiempos de hambre, falta de dinero y de oportunidades; habrá desolación y desesperación.
  • Cuarto sello: Caballo Verde, y lleva como jinete a la Muerte. No hay mucho que decir de ellos dos, sólo que el caballo es verdoso porque este color representa pudrición y enfermedad.

Hasta aquí lo que se refiere a los Cuatro Caballos del Apocalipsis. ¿Son terríficos? Claro que sí. ¿Son una sorpresa? No tanto. Si nos ponemos a pensar, estas cuatro calamidades han existido por siempre, incluso mucho antes que nuestro Señor Jesús. Han estado galopando por miles de años y Juan ha sido testigo de su liberación.

Pero sigamos con los sellos, nos faltan tres:

  • Quinto Sello: Debajo del altar aparecen las almas de todos aquellos que han muerto por causa de la Palabra de Dios. Todos ellos gritan preguntando que hasta cuándo serán vengados por su muerte. Claman por castigo a los habitantes de la Tierra. Un anciano les dice que esperen un poco más hasta que lleguen los mártires faltantes.
  • Sexto sello: Al romperse, se sintió un gigantesco terremoto que hizo temblar a toda la Tierra. Los ricos y poderosos pedian que la piedras los cubrieran para que Dios no los viera y los dejara en paz, y no les cobrara por sus obras malas.

Ahora viene un intermedio. Se prepara el escenario para comenzar el castigo de los habitantes de la Tierra. Los cuatro ángeles de la destrucción están listos para comenzar su trabajo; pero antes, se necesita marcar a lo servidores fieles a Dios para que ellos no sufran daños. 144,000 serán salvados, 12 mil de cada una de las doce tribus originales de Israel.

Cabe mencionar que es precisa la observación de que son de las 12 tribus originales. ¿Se trata acaso de Judios que decidieron aceptar a Jesús como su verdadero Mesias? Este es el consenso.

Mucha gente tiene miedo de pensar: entre los millones y millones de personas que hay en el mundo, y sólo se salvarán 144,000… ¿qué probabilidades tengo yo o mi familia? ¡Calma! Esta es la terrible idea que sectas como los Testigos de Jehová  han tratado de meter a sus seguidores diciendo que sólo ellos serán parte de ese grupo.

¡Como si ellos tuvieran las llaves y autoridad para hacerlo!

Afortunadamente, Juan confirma que también se suma una gran multitud de gente fuera de Israel al grupo de los que serán salvados. ¡Claro que hay Esperanza!

Destrucción

Después de que el número total de mártires es alcanzado y que han sido marcados los fieles a Dios, comienza la destrucción.

  • Séptimo Sello: Al ser roto por El Cordero, se presentan Siete Ángeles, con una trompeta cada uno. Al irlas sonando se presentará una catástrofe en nuestra Tierra.

Este es el verdadero tiempo para meditar.

La Ciencia del Alma

Stephen Hawking en gravedad cero.
Physicist Stephen Hawking in Zero Gravity NASA” by Jim Campbell/Aero-News Network – http://www.flickr.com/photos/39735679@N00/475109138/ / http://mediaarchive.ksc.nasa.gov/detail.cfm?mediaid=31873. Licensed under Public Domain via Commons.

Hablábamos recientemente de que la Ciencia y la Religión no se encuentran en lucha, sino que los medios y muchos detractores, así lo hacen ver. Pero, ¿Cómo está eso de que se puede explicar el Alma con la ciencia?

¡Claro que sí! Y para eso sólo se necesita la Primera Ley de la Termodinámica:

La materia y la energía no se crean ni se destruyen, sólo se transforman

Está bien, ¿qué fregaos tiene que ver eso en unificar los dos conceptos?

Número 1: El Alma es energía que está adentro de tí

Digan lo que digan sin el Alma el cuerpo no va a funcionar. Hemos dicho que el Alma es la chispa de la vida, es lo que hace que un cuerpo se mueva, en el momento que mueres tu Alma abandona el cuerpo.

Número 2: ¿Qué le pasa a mi alma cuando muero?

Stephen Hawking causó revuelo en 2011 cuando monumentalmente anunció que él no creía en el Cielo o en la vida después de la muerte, cuando morimos nuestro cerebro simplemente se apaga… y después nada pasa.

Pero, ahí hay una seria contradicción con las leyes de la física (termodinámica y conservación de la energía). Lo que le sea que le da la vida al cuerpo (Alma, Karma, Energía, etc.) no puede sólo desaparecer, ¡se tiene que transformar! Por leyes físicas algo le tiene que pasar a nuestra energía interna.

Número 3: Si no se pierde, ¿a dónde va?

Tu Alma NO SE VA A PERDER, se transformará, saldrá de tu cuerpo y se integrará a la mayor fuente de Energía que gobierna al Universo: Dios.

Imagínate ahora a Dios no en el aspecto del cuerpo humano, sino como la verdadera entidad inteligente, poderosa, que está vigente por todo el universo. Cuántas veces nos han dicho que cuando nos muramos seremos como luces (¿a qué te suena esto?, ¿no te parece como a energía?), que no necesitaremos cuerpos, no necesitaremos ni casarnos, etc. Checa el Evangelio de San Marcos 12:18-27, la parábola de la mujer que tuvo siete maridos.

Dios está vivo, existe y nos rodea. Dios es omnipresente, por que si es energía es como la luz que nos llega del sol: ¿No es cierto que la misma luz esta en dos lugares diferentes al mismo tiempo? Pero Dios es más que la luz, pues su extensión va más alla de la Tierra y se expande a todo el universo.

Dios es una energía que no depende del sol u otro factor.

Cuando nos llegue la hora de la muerte, es tu cuerpo el que morirá, pero nunca tu Alma. Y si tienes el enlace del Espíritu Santo, ese link hará posible que te integres a Dios.

¡Cómo te quedó el ojo!

Entendiendo la Muerte, parte II

La muerte contra unos tipos
¿Debemos temer a la muerte?, ¿Debemos rechazarla y evitarla?

“Ignoro por qué capricho extraño puede el hombre robarse a sí su propio el tesoro de la vida, cuando la vida, por sí misma, a cada instante corre a entregarse a la muerte.” El Rey Lear. Shakespeare.

Continuación. Entonces, ¿debemos abrazar a la muerte? No. Lo que debes abrazar es a la vida que Dios te dio al momento que puso un Alma en tu cuerpo. El tiempo que tenemos aquí es muy corto, y con él debemos demostrar que estamos listos para el siguiente paso.

De nada te sirve que te vayas a esconder debajo de una piedra, o de  un refugio nuclear, o que quieras esconder tu sentimientos, o que no hagas nada porque de todas formas, todo se va a perder.

Tu tienes que vivir tu vida, disfrutarla, convivir con los tuyos, fortalecer el Espíritu con los que te rodean para que, cuando llegue el momento, podamos todos ir hacia Dios bien fuertes, con la seguridad de haber hecho Su voluntad y listos para recibir nuestra recompensa.

¡Ánimo!

Entendiendo la Muerte, Parte I

Bueno, pues ahora sí me voy a meter en camisa de once varas, como decía mi abuelito: Vamos a hablar de la muerte.

La Catrina
Posada2.Catrina” by José Guadalupe Posada – ArtDaily.org. Licensed under Public Domain via Commons.

Para entender mejor a la huesuda tenemos que comprender muchos aspectos que van desde el tiempo que pasamos en la Tierra, hasta la inmortalidad de nuestra alma y espíritu. Previamente hemos discutido lo del tiempo (haz click aquí para repasar) y también las cosas del Alma y El Espiritu (click aquí).

Ahora bien, si el Espíritu es un enlace que tenemos con Dios entonce todos tenemos ese enlace y nos juntamos en un lugar común. Es por eso que tu tienes amor por tus padres, por tu hijos, tus amigos, tu pareja. Todos estamos entrelazados por el mismo punto común: Dios.

Cuando alguien cercano muere ese enlace no se rompe, sino que vuelve a Dios. Pero tu mantienes ese enlace también, por lo tanto la unión persiste. Esa es la razón por la que sigues amando a los seres que ya no están, al contrario ¡los sigues sientiendo!

Nuestro cuerpo biológico no logra ir más allá de la lógica del espíritu. Por eso la muerte nos duele, y hasta decimos con mucha razón: ¡me duele hasta el alma!

Una vez que tu cuerpo muere, es el Alma, la chispa de la vida, la que prosigue su camino. Jesús vino a decirnos que Él es el camino a Dios, y Dios es el paraíso en sí. No lo imagines como siempre nos lo han contado: un oasis en el desierto. No, tenemos que pensar e imaginar diferente qué queremos decir ir a Dios.

Todos tenemos Alma, eso está claro porque estamos vivos. El Alma es energía pura, pero consciente. Muchos científicos han mencionado que, en nuestro proceso de evolución, llegaremos a experimentar la transformación de cuerpo en energía, por lo tanto ya no será necesario tener brazos, ni piernas, ni panza, etc. Habremos alcanzado el nivel máximo de expresión.

Obviamente, para eso falta muchísimo tiempo, pero mientras debemos entender que nuestra Alma es nuestra posesión más preciada, y el Espíritu es el enlace guía hacia nuestro Señor.

Si no tienes Espíritu, entonces eres sólo un cuerpo con una alma que, cuando mueras, no sabrá a dónde ir, pues le faltará esa guía, ese link, ese camino. Y ¿sabes qué? Esa Alma se quedará en el vacio, vagando eternamente, sin saber a dónde ir. Ese es en verdad el Infierno.

En la siguiente parte analizaremos más acerca del proceso de la muerte y cómo es posible que la aceptemos de mejor manera. Haz click aquí.

El proceso de Entender

Entender está cañon ¿Cómo podemos llegar a comprender plenamente lo que pasa a nuestro alrededor?, ¿Cómo es posible aceptar condiciones, eventos, experiencias, accidentes, muertes?

nebula2

Y luego vienen y nos dicen: todo es voluntad de Dios. Y empezamos a renegar, comenzamos a rebelarnos, a enojarnos, y finalmente a rechazar. Si Dios es infinito en bondad y sólo quiere lo mejor para mí, ¿por qué carajos me ha pasado esto?, ¿por qué se murio mi padre?, ¿por qué me está yendo tan mal en los negocios-escuela-familia-relación?, etc. ¡Que no me vengan ahora a decir que todo lo que me pasa es para mi bien! Entender la voluntad de Dios es difícil… cuando nos está yendo mal. Pero cuando nos está yendo bien, ¡ni nos acordamos!

Dios se manifiesta todos los dias: en la naturaleza, en el dolor, en la enfermedad, en la risa, en la vida, y en la muerte.

Su manifestación es constante por una simple razón: Él está en todo momento a nuestro alrededor, pero nuestro entender humano nos ha cegado de apreciar y encontrar su presencia. Es cierto que lograrlo ver es difícil, pero existe una regla bien sencilla que, con un poco de práctica, te ayudará a entender. Esta regla es: relájate, tranquilízate, olvídate de los malo, y ora.

Repetir de memoria las oraciones que desde pequeños nos enseñaron ayuda: hay estudios científicos que nos explican que la repetición constante de una serie de frases o sonidos, en un ambiente sereno, tiene efectos de tranquilidad. Si te fijas, el Rosario es repetir contantemente el Ave Maria, al grado de que cuando se termina uno queda en otro estado.

Después de eso debe comenzar la oración, es decir la plática con Dios. ¿Plática? Sí, exactamente, una charla como si la tuvieras con otra persona. Platícale tus problemas, tus miedos, tus penas. Si te sientes mal por algo que has hecho reconócelo y confiésaselo. Pero la clave aquí es que debes hacerlo de todo corazón.

El siguiente paso es analizar lo que te está pasando. Mira bien a tu alrededor. Muchas de las veces, lo que te produce miedo es un engaño. ¿Te has metido en un problema serio? Bueno, pues eso no es que Dios te metió a tí. ¿Mataste a alguien?, ¿No puedes salir de una adicción? Esas son situaciones particulares tuyas.

Mi madre murió. Mi Padre murió. Mi mejor amigo falleció. Es cierto, nos duele, pero por favor, comprende que el paso por esta vida ¡es una vacilada! Nuestro expectativa de vida es 80-100 años. Comparados con la edad del universo ¡eso es nada! No quiero decir que nuestra vida no vale, claro que vale, pero más que nuestro cuerpo lo que en realidad tiene valor es tu alma, tu espíritu. Eso es lo que vale y lo que nunca va a morir.

Tu alma es la clave. Cuando morimos, volverá a Dios y es allí donde se fusionará. Y no por 90 ó 100 años, sino por toda la eternidad.

Mientras tanto, estamos aquí en la Tierra, en nuestros cuerpos biológicos imperfectos, esperando que la ciencia perfeccione los métodos para vivir más.

Nunca lo olvides, ora, platica con Dios: Él en verdad escucha.