Si mi hermano me ofende ¿cuántas veces tengo que perdonarlo?

Jesús y Pedro
Jesús con Pedro y Andrés

Daniel

Dn 3, 25. 34-43
En aquel tiempo, Azarías oró al Señor, diciendo:

“Señor, Dios nuestro, no nos abandones nunca;
por el honor de tu nombre no rompas tu alianza;
no apartes de nosotros tu misericordia,
por Abraham, tu amigo,
por Isaac, tu siervo,
por Jacob, tu santo,
a quienes prometiste multiplicar su descendencia,
como las estrellas del cielo y las arenas de la playa.
Pero ahora, Señor, nos vemos empequeñecidos
frente a los demás pueblos
y estamos humillados por toda la tierra,
a causa de nuestros pecados.
Ahora no tenemos príncipe ni jefe ni profeta;
ni holocausto ni sacrificio ni ofrenda ni incienso;
ni lugar donde ofrecerte las primicias y alcanzar misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón adolorido
y nuestro espíritu humillado,
como un sacrificio de carneros y toros,
como un millar de corderos cebados.
Que ése sea hoy nuestro sacrificio
y que sea perfecto en tu presencia,
porque los que en ti confían no quedan defraudados.
Ahora te seguiremos de todo corazón;
te respetamos y queremos encontrarte;
no nos dejes defraudados.
Trátanos según tu clemencia
y tu abundante misericordia.
Sálvanos con tus prodigios
y da gloria a tu nombre”.

Evangelio según San Mateo

Mt 18, 21-35
En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” Jesús le contestó: “No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”.

Entonces Jesús les dijo: “El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.
Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: ‘Págame lo que me debes’. El compañero se le arrodilló y le rogaba: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.
Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ‘Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?’ Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona de corazón a su hermano”.

Arrepiéntanse de todo corazón y vuélvanse a mí, dice El Señor

Jonás el Profeta
El Profeta Jonás, por Miguel Angel – Public Domain, link.

Jonás

Jn 3, 1-10
En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: “Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el mensaje que te voy a indicar“.

Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad durante un día, pregonando: “Dentro de cuarenta días Nínive será destruida“.

Los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños. Llegó la noticia al rey de Nínive, que se levantó del trono, se quitó el manto, se vistió de sayal, se sentó sobre ceniza y en nombre suyo y de sus ministros, mandó proclamar en Nínive el siguiente decreto: “Que hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; que todos se vistan de sayal e invoquen con fervor a Dios y que cada uno se arrepienta de su mala vida y deje de cometer injusticias. Quizá Dios se arrepienta y nos perdone, aplaque el incendio de su ira y así no moriremos”.

Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, cambió de parecer y no les mandó el castigo que había determinado imponerles.

Evangelio según San Lucas

Lc 11, 29-32
En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y comenzó a decirles:

“La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.
Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”.

 

Numerología: El perfecto número siete

El 7 es uno de los llamados números perfectos, y es el  que representa la perfección espiritual. Hay 7 lámparas en el tabernáculo de la Antigua Alianza. La menorah tiene 7 velas, en el séptimo día la Creación se completó,

El 7 será mencionada muchísimas veces en el Apocalipsis y es interesante que será usado para cosas buenas y malas: 7 iglesias, siete espíritus, siete estrellas, siete sellos, siete trompetas, etc.

 

Numerología: ¿Qué representa el número doce?

Como mencionamos anteriormente, el grupo de los llamados números “perfectos” está compuesto por el 3, el 7, y el 12. Hoy hablaremos de este último.

  • Fueron 12 los Apóstoles.
  • Fueron 12 las originales tribus de Israel.
  • Son 12 meses del calendario.
  • De acuerdo a la Biblia, en el Apocalipsis se menciona que serán 12 mil personas de cada una de las 12 tribus de Israel las que serán salvadas de pasar por el fin del mundo.
  • En el Evangelio de San Lucas (8:40) habla de la mujer que había tenido un flujo de sangre por 12 años y fue curada por Jesús.

Pues ahí lo tienes, ¡ya aprendiste algo nuevo hoy!

Numerología: cuarenta, no es tan fácil como se oye

El número cuarenta (40) en el ámbito de numerología bíblica representa períodos de prueba de caracter.

El diluvio, en el libro del Génesis, duró 40 dias y 40 noches.

Moisés había vivido 40 años en casa del faraón de Egipto como un príncipe. Luego de su despertar a la realidad de que no era de la sangre real sino Judio, escapa y se va al desierto a vivir como pastor por otros cuarenta años. Es en ese momento que Dios lo llama a ser el nuevo líder de los judios escalvos.

En otro episodio, Moisés duró dos períodos de 40 dias y 40 noches en el monte Sinaí antes de que Dios le diera las tablas de las leyes.

Ya en el nuevo testamento, Jesús pasa cuarenta dias y sus noches en el desierto pasando hambre y necesidad antes de su vida pública.

Después de su resurrección Jesús ascenderá al cielo 40 días después.

Y por si todavía tienes duda de que este número representa pruebas y dolor, ¡el embarazo de una mujer usualmente dura 40 semanas!

Numerología: algunos datos interesantes del número 3

Dice la canción de Paquita la del Barrio: “Tres veces te engañé. La primera por coraje, la segunda por capricho, la tercera por placer“.

¡Uff! Nada que ver con lo que vamos a platicar hoy. El número 3 es constantemente mencionado en la Biblia, por ejemplo se habla de la Santísima Trinidad (tres personas en una: Padre, Hijo, y Espíritu Santo), Los Tres Reyes Magos, La Sagrada Familia (tres personas: Jesús, José y María), La edad de Jesús en la cúspide de su vida pública (33 años).

De hecho, el 3 es uno de los llamado números perfectos junto con el 7, el 10, y el 12.

Algo interesante es que en el antiguo lenguaje hebreo no existían los superlativos. Por ejemplo, no existía el equivalente a la palabra Grandioso. Entonces, para poder expresar algo extraordinario, se decia la palabra tres veces: Grandioso se decía grande, grande, grande.

¿A qué nos lleva esto? A que en muchas oraciones de la actualidad vas a escuchar palabras que se repiten 3 veces. Por ejemplo: Santo, santo, santo. Santo es el nombre del Señor. Llenos están el cielo y la Tierra de su gloria.

Ahora, ya sabes que por qué la repetición y un poco más de numerología.