El domingo pasado, en el Evangelio de San Mateo, Jesús nos dió la parábola de los trabjadores.
En ella se habla de la “injusticia” que recibieron un grupo de jornaleros por parte de su patrón, al pagarles lo que les había prometido, cuando ellos creyeron que recibirían más.
Entonces conocimos que la justicia de Dios, igual para todos, no se reparte al mismo tiempo, sino que “los últimos serán los primeros, y los primeros los últimos“.
Para cerrar el tema, esta semana escuchamos la primera lectura del mismo domingo, tomada del Libro del Profeta Isaías:
Busquen al Señor mientras lo puedan encontrar, invóquenlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes; que regrese al Señor, y Él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis caminos, dice el Señor. Porque así como aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus pensamientos.
