Lecturas del Domingo: Agosto 30, 2020 – Toma tu cruz y sígueme

Doce apóstoles
Jesús enseñando a los doce Apóstoles, por James Tissot – Online Collection of Brooklyn Museum; Photo: Brooklyn Museum, 2007, 00.159.129_PS2.jpg, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=10957411

Esto dice el Evangelio de San Mateo del día de hoy, vigésimo segundo Domingo ordinario:

“En aquel tiempo, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer ahí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.
“Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: ‘No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a tí’. Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: ‘¡Apártete de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres'”.

La semana pasada comentábamos las cualidades humanas de Pedro: cómo tuvo miedo, furia, insensatez. Hoy, en el Evangelio, corroborámos más de sus cualidades humanas, y una vez mas, Jesús pierde la paciencia con él y lo regaña.

Pero Jesús menciona algo muy importante: Pedro no está juzgando con el criterio correcto, sino con el del mundo, el de los hombres: “Tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres“.

Sigue la lectura:

“Luego, Jesús dijo a sus discípulos: ‘El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla?
Porque el Hijo de Dios ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces le dará a cada uno lo que merecen sus obras”.

Seguir a Dios es fácil, pues lo único que tenemos que hacer es seguir sus mandamientos. Y Jesús nos lo puso todavía más fácil al decirnos que todo se puede resumir en los primeros dos.

Sin embargo, al igual que Pedro, nos pesa nuestra naturaleza humana y es por eso que tenemos que cargar con una cruz a nuestras espaldas día con día.

La clave no está en caer por ese peso de culpas, malas acciones, malas decisiones y tropiezos.

La verdadera clave está, como dice Jesús, en levantarnos y seguir nuestro camino cargando esa cruz.

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Oscar Editor

Oscar es el editor de NosRodea.com

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