Lecturas del Domingo: Octubre 16, 2016 – El Poder de la Oración

La viuda y el juez
La Viuda y el Juez por Anonymous artists from New York hired by Pacific Press Publishing Company expressly to illustrate this book (page 8) – Christ’s Object Lessons by Ellen Gould Harmon White, page 167 https://archive.org/details/christsobjectles00whitrich, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=50789840

Hoy conoceremos el poder de la oración y el sacrificio a Dios. Enla primera lectura escuchamos cómo los Israelitas están a punto de enfrentarse al gran ejército amalecita, el cual en ese tiempo era considerado el más poderoso del mundo.

Pero todo está desproporcionado, por 5 mil amalecitas hay un Israelita, así que es bien fácil pensar que cualquiera se hubiera dado por vencido rápidamente.

¿No es lo mismo que nos pasa a nosotros?, ¿Qué sucede cuando nos dicen que ese mal que tenemos casi no tiene probabilidades para desaparecer?, ¿Qué hacemos cuando estamos a punto de perder el trabajo y las posibilidades de encontrar otro son mínimas?

Pues bien, los Israelitas –y nosotros– tienen a Moisés, quien le dice a Josué que tome a su ejército y vaya a enfrentar al enemigo. Él, por su parte, se irá a un monte a orar a Dios por la victoria.

Mientras Josué peleaba, Moisés oraba y mantenia en alto los brazos, lo que hacie que Israel dominara. Cada vez que Mosiés bajaba los brazos –obviamente por cansancio– los amalecitas dominaban la batalla.

Aarón y Jur estaban con Moisés, entre los dos lo ayudaron a mantener los brazos arriba, aunque estuviera muriéndose del dolor, los calambres, y el esfuerzo. Así, Josué pudo terminar la batalla… y acabó con los amalecitas.

Así debe ser tu oración: sin desfallecer. Cuando enfrentes al enemigo, a la enfermedad, a la injusticia, tu arma es la oración, pero también NO debes renunciar al apoyo de otros, pues en nuestra condición humana, sómos débiles y necesitamos a los demás.

Ora, ora, ora. Y la respuesta te llegará. No deseches el apoyo de otros: familia, congregación, la medicina, los doctores, etc. Todos son parte de la misma respuesta.

El Juez Malo

Y para terminar, Jesús nos recuerda cómo la oración insistente produce resultados. La parábola del juez injusto nos presenta a un malvado juez, “que no teme a Dios ni a los hombres”. Esta descripción la usa Jesús para darnos a entender que el tipo es un verdadero malo.

Una viuda le ruega todos los dias que le haga justicia (no sabemos porqué, sólo sabemos que le está yendo mal y que clama por ayuda). En esos tiempos, las viudas son despreciadas por la sociedad. En verdad son ceros a la izquierda, pues no pueden votar, ni tienen peso político. Muchas veces son dejadas a su suerte, sin comida ni sustento y la mayoría que no tiene familia simplemente morían.

Jesús nos pone los elementos más extremos: el juez malo pero poderos, y la viuda impotente, que no tiene otro recurso mas que insistirle, insistirle, e insistirle por justicia.

Otra vez tenemos: ¡oración, oración, y oración!

El hombre, harto ya de tanto ruego de la pobre viuda, decide hacerle justicia, no porque se le haya ablandado el corazón, ¡Sino para que ya lo deje en paz!

Y termina diciendo nuestro Señor:

“Si así pensaba el juez injusto, ¿creen ustedes acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar.”

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Oscar Editor

Oscar es el editor de NosRodea.com

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