Cuarto Domingo de Pascua, 2021: Domingo del Buen Pastor

The Good Shepard
El buen pastor, por Alfred Handel, d. 1946[2], photo:Toby Hudson (Own work) [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0) or GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html)], via Wikimedia Commons
Este es un domingo muy importante, y se le conoce como el del Buen Pastor, y hoy leeremos un pasaje del Evangelio de San Juan que nos narra una de las parábolas más hermosas de Jesús.

Una de las profesiones más humildes de todos los tiempos es la del pastor, pero también una de las más nobles y sencillas. Los pastores, siempre presentes en la vida de Jesús desde su nacimiento, son personas que amas a sus rebaños y se preocupan por ellos al grado de exponer hasta sus vidas por los animalitos.

Pero, obviamente, también existen pastores malos, perezosos, y que sólo hacen su trabajo por dinero. Cuando llega el momento de hacer sacrificios por sus ovejas, rara vez se aparecen; y son famosos por andar perdiendo sus animales.

Jesús nos dice hoy que Él es el Buen Pastor, que siempre está presente y al cuidado de nosotros:

Yo soy el buen pastor.
El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir un lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre las ovejas y las dispersa, porque a un asalariado, no le importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre.
Yo doy la vida por mis ovejas.
Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un sólo rebaño y un solo pastor.
El Padre me ama porque doy mi vida para no volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato que he recibido de mi Padre.

Jesús nos habla de los pastores: describe cómo es el ideal y cómo es el malo. Este último, deja entrar al enemigo, y escuchemos que no dice “mata a las ovejas“, sino que las espanta y dispersa.

Esa siempre ha sido la misión del enemigo, engañar y separar a los católicos y cristianos.

Pero, más importante, Jesús dice que tiene otras ovejas en otros rediles. Así, queda claro que Dios no es sólo para los Judíos, sino también para el resto de mundo.

Este cuarto domingo de Pascua, alabemos a Jesús por su sacrificio por nuestras almas. Él es verdaderamente nuestro pastor que nos llevará de vuelta a los verdes prados del paraíso, junto a Dios Nuestro Señor.

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Oscar Editor

Oscar es el editor de NosRodea.com

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