Hace unas semanas hablábamos de que al rezar deberÃamos poner nuestra atención a lo que estamos diciendo, y no sólo repetir palabras sin sentido. Pero, muchas veces, las mismas oraciones suelen estar tan metidas en nuestra vida que a pesar de que sabemos las palabras, realmente no encadenamos su significado.
Recientemente analizamos el Padre Nuestro, y decÃamos que para entender mejor su significado, Ãbamos a hacerlo con imágenes, para de esta forma recordar mejor que es lo que significa cada parte.
Hoy haremos lo mismo con el Ave MarÃa.
Esta oración esta dividida en dos secciones: La primera es una exaltación a la Madre de Jesús, y la segunda es la de petición. ImagÃnate que vas con alguien a pedirle un favor, no le vas a decir de inmediato lo que necesitas, sino que primero, por cortesÃa, le saludas y hasta le haces un pequeño elogio. Asà funciona también el Ave MarÃa.
Veamos la primera parte, la cual está basada en la narración de la Anunciación, el momento en que el Arcángel Gabriel se le aparece a la Virgen y le dice lo que va a pasar:
Dios te salve MarÃa
Esta es una forma muy común de saludar en la antigüedad, asà de sencillo.
Llena eres de Gracia
Esto quiere decir que MarÃa está llena de Gracia, es decir, tiene muchas cualidades de pureza, honestidad y sacrificio. Esto no es algo que dice la gente de Jerusalén o los pueblos cercanos, sino que el mismÃsimo Dios lo ha visto en su corazón.
El Señor es contigo
Para que MarÃa no se llene de temor, Gabriel le dice que todo está bien, que Dios está con ella y, por lo tanto, protegida.
Bendita eres entre todas las mujeres
Obviamente, esto significa que ella tiene uno de los más grandes honores de todos los tiempos, que es la afortunada para toda la historia de la humanidad.
Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Gabriel ahora le dice que ella está esperando un niño –y esto es para lo que la estaba calmando lineas arriba– y que deberá ponerle de nombre Jesús.
Asà termina la primera parte, la del saludo. Ahora viene la parte de la petición.
Santa MarÃa, Madre de Dios
Es fácil recordar quien es MarÃa, la Madre de Jesús.
Ruega Señora por nosotros los pecadores
Recordemos que ella es nuestra intercesora, nuestra abogada. A ella le pedimos que ruegue por nosotros, no que nos haga el milagro, sino que ruegue, que interceda, que abogue.
Ahora y en la hora de nuestra muerte.
Y es que no sólo se trata de lo que pasa en nuestra vida, sino que también a la hora del juicio final… que es cuando más lo vamos a necesitar.
Ojalá y este artÃculo te sirva para entender mejor esta hermosa oración y la practiques todos los dÃas.