
MalaquÃas 3, 1-4. 23-24
Esto dice el Señor: “He aquà que yo envÃo a mi mensajero. Él preparará el camino delante de mÃ. De improviso entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien ustedes desean. Miren: Ya va entrando, dice el Señor de los ejércitos.
¿Quién podrá soportar el dÃa de su venida? ¿Quién quedará en pie cuando aparezca? Será como fuego de fundición, como la lejÃa de los lavanderos. Se sentará como un fundidor que refina la plata; como a la plata y al oro, refinará a los hijos de Levà y asà podrán ellos ofrecer, como es debido, las ofrendas al Señor. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los dÃas pasados, como en los años antiguos.
He aquà que yo les enviaré al profeta ElÃas,
antes de que llegue el dÃa del Señor,
dÃa grande y terrible.
Él reconciliará a los padres con los hijos
y a los hijos con los padres,
para que no tenga yo que venir a destruir la tierra’’.