De los diez que quedaron limpios, sólo uno regreso

los diez leprosos
La cura de los diez leprosos” por James Tissot – Public Domain, link.

Sabiduría

Sab 6, 1-11
Escuchen, reyes, y entiendan;
aprendan, soberanos de todas las naciones de la tierra;
estén atentos, los que gobiernan a los pueblos
y están orgullosos del gran número de sus súbditos:
El Señor les ha dado a ustedes el poder;
el Altísimo, la soberanía;
Él va a examinar las obras de ustedes
y a escudriñar sus intenciones.

Ustedes son ministros de su reino
y no han gobernado rectamente,
ni han cumplido la ley,
ni han vivido de acuerdo con la voluntad de Dios.
El caerá sobre ustedes en forma terrible y repentina,
porque un juicio implacable espera a los que mandan.
Al pequeño, por compasión se le perdona,
pero a los poderosos se les castigará severamente.
El Señor de todos ante nadie retrocede
y no hay grandeza que lo asuste;
Él hizo al grande y al pequeño
y cuida de todos con igual solicitud;
pero un examen muy severo les espera a los poderosos.

A ustedes, pues, soberanos, se dirigen mis palabras,
para que aprendan a ser sabios y no pequen;
porque los que cumplen fielmente la voluntad del Señor
serán reconocidos como justos,
y los que aprenden a cumplir su voluntad encontrarán defensa.
Pongan, pues, atención a mis palabras,
búsquenlas con interés y ellas los instruirán.

Evangelio según San Lucas

Lc 17, 11-19
En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: “¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!”

Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes“. Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.

Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?” Después le dijo al samaritano: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado“.