
Primera Carta del Apostol San Pedro 1, 10-16
Hermanos: Los profetas, cuando predijeron la gracia destinada a ustedes, investigaron también profundamente acerca de la salvación de ustedes.
Ellos trataron de descubrir en qué tiempo y en qué circunstancias se habrÃan de verificar las indicaciones que el EspÃritu de Cristo, que moraba en ellos, les habÃa revelado sobre los sufrimientos de Cristo y el triunfo glorioso que los seguirÃa. Pero se les dio a conocer que ellos no verÃan lo que profetizaban, sino que estaba reservado para nosotros. Todo esto les ha sido anunciado ahora a ustedes, por medio de aquellos que les han predicado el Evangelio con la fuerza del EspÃritu Santo, enviado del cielo, y ciertamente es algo que los ángeles anhelan contemplar.
Por eso, viviendo siempre atentos y vigilantes, pongan toda su esperanza en la gracia que les va a traer la manifestación gloriosa de Jesucristo.
Como hijos obedientes, no vivan conforme a las pasiones que tenÃan antes, en el tiempo de su ignorancia. Al contrario, asà como es santo el que los llamó, sean también ustedes santos en toda su conducta, pues la Escritura dice: Sean santos, porque yo, el Señor, soy santo.