
Hoy es el Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario. Estamos en el último fin de semana de Enero… ¡Cómo vuela el año! Y por eso mismo debemos estar preparados, pues el tiempo avanza de prisa… que no nos tome por sorpresa la venida del Señor.
SofonÃas
Sof 2, 3; 3, 12-13
Busquen al Señor,
ustedes los humildes de la tierra,
los que cumplen los mandamientos de Dios.Busquen la justicia, busquen la humildad.
Quizá puedan asà quedar a cubierto
el dÃa de la ira del Señor.“Aquel dÃa, dice el Señor,
yo dejaré en medio de ti, pueblo mÃo,
un puñado de gente pobre y humilde.Este resto de Israel
confiará en el nombre del Señor.
No cometerá maldades ni dirá mentiras;
no se hallará en su boca una lengua embustera.
Permanecerán tranquilos
y descansarán sin que nadie los moleste”.
Salmo 145
7. 8-9a. 9-bc-10R. (Mt 5, 3)
Dichosos los pobres de espÃritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
El Señor siempre es fiel a su palabra,
y es quien hace justicia al oprimido;
Él proporciona pan a los hambrientos
y libera al cautivo.
Dichosos los pobres de espÃritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Abre el Señor los ojos de los ciegos
y alivia al agobiado.
Ama el Señor al hombre justo
y toma al forastero a su cuidado.
Dichosos los pobres de espÃritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
A la viuda y al huérfano sustenta
y trastorna los planes del inicuo.
Reina el Señor eternamente,
reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos.
Dichosos los pobres de espÃritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Primera Carta del Apostol San Pablo a los Corintios
1 Co 1, 26-31
Hermanos: Consideren que entre ustedes, los que han sido llamados por Dios, no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles, según los criterios humanos. Pues Dios ha elegido a los ignorantes de este mundo, para humillar a los sabios; a los débiles del mundo, para avergonzar a los fuertes; a los insignificantes y despreciados del mundo, es decir, a los que no valen nada, para reducir a la nada a los que valen; de manera que nadie pueda presumir delante de Dios.
En efecto, por obra de Dios, ustedes están injertados en Cristo Jesús, a quien Dios hizo nuestra sabidurÃa, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra redención. Por lo tanto, como dice la Escritura: El que se glorÃa, que se glorÃe en el Señor.
Evangelio según San Mateo
Mt 5, 1-12a
En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discÃpulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles asÃ:
“Dichosos los pobres de espÃritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran,
porque serán consolados.
Dichosos los sufridos,
porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados.
Dichosos los misericordiosos,
porque obtendrán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón,
porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz,
porque se les llamará hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos.Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mÃa. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”.