Hoy es el vigésimo segundo domingo del tiempo ordinario, ¡y ya estamos en Septiembre! En verdad que cómo pasa el tiempo; dentro de 3 meses termina el año litúrgico y comenzará el tiempo de adviento.
El tema principal de las lecturas del dÃa de hoy es la humildad. En el Evangelio de San Lucas escucharemos una de las más importantes lecciones de Jesús para todos nosotros, en todos los tiempos:
“Un sábado, Jesús fue a comer a casa de uno de los jefes de los fariseos y éstos estaban espiándolo. Mirando cómo los convidados escogÃan los primeros lugares les dijo esta parábola:
‘Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya un invitado más importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte: ‘Déjale el lugar a éste’, y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el último asiento. Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar, para que cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo, acércate a la cabecera’. Entonces te verás honrado en presencia de todos los convidados. Porque, el que se engrandece a sà mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido'”.
Es tan sencillo y hermoso el mensaje de Jesús en sus parábolas, que no nos habla ni de guerra ni de odio. Los judÃos los rechazaron porque no su mensaje no era el que esperaban: el de un rey guerrero que los liberarÃa finalmente de todos los yugos. El lenguaje de un rey rico y glorioso, con joyas y oro.
El lenguaje de nuestro Señor Jesucristo es simple, sencillo, humilde.
Pero el poder de su enseñanza sobrepasa todos los reinos, todos los bancos, todas las joyas. Es más, podrÃa decirse que su mensaje es simplemente el sentido común.
Y aun asÃ, es tan difÃcil de seguir. Aunque sea lo más obvio.
Esta semana pidamos sabidurÃa y humildad en el corazón a Dios para llevar a cabo nuestros trabajos y nuestras tareas.