
Durante estos últimos dÃas hemos escuchado la Palbra del Génesis, especialmente sobre CaÃn, Abel y Noé. Y hoy entenderemos su verdadero mensaje.
Carta del Apostol San Pablo a los Hebreos
Heb 11, 1-7
Hermanos: La fe es la forma de poseer, ya desde ahora, lo que se espera y de conocer las realidades que no se ven. Por ella fueron alabados nuestros mayores.
Por la fe, sabemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de suerte que aquello que vemos, surgió de lo que no vemos.
Por la fe, Abel ofreció un sacrificio más excelente que el de CaÃn, y por ella fue declarado justo, pues Dios mismo aceptó sus ofrendas; y por su fe nos sigue hablando después de muerto.
Por su fe, Henoc fue trasladado sin pasar por la muerte: Desapareció, porque Dios se lo llevó. La Escritura da testimonio a su favor de que, ya antes de ser trasladado, era agradable a Dios. Ahora bien, sin fe es imposible agradarlo, pues quien se acerca a Dios debe creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan.
Por la fe, Noé aceptó el aviso de Dios sobre lo que aún no sucedÃa y con religioso temor construyó un arca para salvarse con su familia; su fe se constituyó en condena para el mundo incrédulo y él quedó establecido como heredero de la justicia que proviene de la fe.
Evangelio seg[un San Marcos
Mc 9, 2-13
En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron ElÃas y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué a gusto estamos aquÃ! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para ElÃas“. En realidad no sabÃa lo que decÃa, porque estaban asustados.
Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decÃa: “Éste es mi Hijo amado; escúchenlo”. En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habÃan visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutÃan entre sà qué querrÃa decir eso de ‘resucitar de entre los muertos‘.
Le preguntaron a Jesús: “¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir ElÃas?” Él les contestó: “Si fuera cierto que ElÃas tiene que venir primero y tiene que poner todo en orden, entonces ¿cómo es que está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Por lo demás, yo les aseguro que ElÃas ha venido ya y lo trataron a su antojo, como estaba escrito de él“.