Celebración de María Santísima, Madre de Dios

Virgen María, Madre de Jesucristo
La Virgen en oración“, por Giovanni Battista Salvi da Sassoferrato – Public Domain, Link

Números

Nm 6, 22-27
En aquel tiempo, el Señor habló a Moisés y le dijo:

“Di a Aarón y a sus hijos:
De esta manera bendecirán a los israelitas:
El Señor te bendiga y te proteja,
haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor.
Que el Señor te mire con benevolencia
y te conceda la paz’.

Así invocarán mi nombre sobre los israelitas
y yo los bendeciré”.

Salmo 66

Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

Ten piedad de nosotros, y bendícenos;
vuelve, Señor , tus ojos a nosotros.
Que conozca la tierra tu bondad
y los pueblos tu obra salvadora.

Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

Las naciones con júbilo te canten,
porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos
y riges en la tierra a las naciones.

Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

Que te alaben, Señor , todos los pueblos,
que los pueblos te aclamen todos juntos.
Que nos bendiga Dios
y que le rinda honor el mundo entero.

Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

Carta del Apostol San Pablo a los G[alatas

Gal 4, 4-7
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos.

Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama “¡Abbá!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Evangelio según San Lucas

Lc 2, 16-21
En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los oían quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.

Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado.

Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido.