En el Apocalipsis de San Juan que leÃmos este domingo pasado, nos topamos con un mensaje de esperanza:
“Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una Tierra nueva, porque el primer cielo y la primera Tierra habÃan desaparecido y el mar ya no existÃa.
“También vi que descendÃa del cielo, desde donde está Dios, la ciudad Santa, la nueva Jerusalén, engalanada como una novia, que va a desposarse con su prometido. Oà una gran voz, que venÃa del cielo, que decÃa:
“Esta es la morada de Dios con los hombres; vivirá con ellos como su Dios y ellos serán su pueblo. Dios les enjugará todas sus lágrimas y ya no habrá muerte ni duelo, ni penas ni llantos, porque todo lo antiguo terminó.
“Entonces, el que estaba sentado en el trono, dijo: ´Ahora voy a hacer nuevas todas las cosas´”.
AsÃ, cuando aceptamos a Dios y a Cristo como verdaderos salvadores de nuestras vidas, podemos estar seguros que ellos también harán de las nuestras nuevas vidas, con todas las cosas nuevas.