Jesús, con su sacrificio, borró el pecado y logró nuestra salvación. El pecado original de nuestros padres fue tan grande que tenÃa que resolverse de una forma tan grande también. Al tercer dÃa después de su muerte, y en su resurrección, los discÃpulos por fÃn entendieron el significado de sus enseñanzas; por fÃn, todo lo que les dijo tenÃa sentido, y la humanidad logró finalmente la salvación.