JeremÃas
Jr 23, 5-8
“Miren: Viene un tiempo, dice el Señor,
en que haré surgir un renuevo en el tronco de David:
será un rey justo y prudente
y hará que en la tierra se observen la ley y la justicia.En sus dÃas será puesto a salvo Judá,
Israel habitará confiadamente
y a él lo llamarán con este nombre:
‘El Señor es nuestra justicia‘.
Por eso, miren que vienen tiempos, oráculo del Señor, en los que no se dirá: ‘Bendito sea el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto‘, sino que se dirá: ‘Bendito sea el Señor, que sacó a los hijos de Israel del paÃs del norte y de los demás paÃses donde los habÃa dispersado, y los trajo para que habitaran de nuevo su propia tierra‘ “.
Evangelio según San Mateo
Mt 1, 18-24
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando MarÃa, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del EspÃritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a MarÃa, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del EspÃritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados“.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que habÃa dicho el Señor por boca del profeta IsaÃas: He aquà que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le habÃa mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.