En este dÃa, el último del año, tenemos a MarÃa, José y Jesús como el modelo a seguir para todas las familias futuras: MarÃa aceptó, José creyó, y Jesús fue la Palabra.
Pero, no se trata de aceptar sin pensar, creer a ciegas, o simplemente hablar por hablar. Se acepta por convicción, se cree con el corazón, y la palabra no es nada sin acción. Y la Sagrada Familia es el mejor ejemplo de todas estas afirmaciones, pues cuando MarÃa se convirtió en la “esclava del Señor”, lo hizo sabiendo de corazón que no iba a ser algo sencillo. José sufrió, sin duda, fuertes dolores de confianza al enterarse que su esposa serÃa madre, sin siquiera haber tenido contacto con ella.
Finalmente, Jesús, no sólo predicó, sino que nos trajo la salvación pasando las pruebas más fuertes, más dolorosas, y al final dio su vida por todos nosotros.