Lecturas del Domingo: Febrero 7, 2016 – Pescadores de hombres

Pescadores
By Charles Napier Hemyoil on canvas 46 × 61 cm (18.1 × 24 in), Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4843747

El día de hoy se nos habla del inicio del apostolado de Pedro. Pedro era un pescador que estaba trabajando con sus compañeros y desde hacia algún tiempo había estado escuchando al nuevo “predicador que anda dando muchos mensajes en las aldeas cercanas”, o sea Jesús. Es en este episodio que leemos que Pedro y sus amigos llevan a Jesús por el lago de Genesaret ayudándole con la prédica.

Es interesante el solo pensar que Jesús decide usar las barcas para poder hacer llegar su mensaje a mas gente, la cual ya estaba comenzando a acumularse.

Después de que acabar, Jesús le pide a Pedro que vayan mar adentro y que tiren las redes. Pedro le dice que ellos ya habían intentado pescar en esa misma are en la mañana de ese mismo día, pero que confiando en Él, hará lo que pide.

Y la sorpresa de que ahora las redes salen repletas de peces. Es necesario llamar a otras barcas para que ayuden con la pesca.

Pedro cae a los pies de Jesús y le dice: “¡Apártate de mí Señor, porque soy un pecador!”. Y es que Pedro está asombrado. Para nosotros, hoy en día, nos resulta poco impresionante tal evento. Sin embargo, tenemos que pensar el lo siguiente:

Como Jesús escogió a los pescadores. El milagro tenía que ser adecuado a su entendimiento y a su condición. Lucas, el narrador de este episodio, es cuidadoso al mencionar que Pedro suavemente le recuerda a Jesús que ellos ya habían intentado pesar en el lago en la mañana. Como buen pescador sabe que no es probable que los peces estén ahí.

Nosotros hemos escuchado esta historia por muchos años, al grado que nos nos impresiona. Pero pensemos que para Pedro y su gente esta es la primera vez que ven esto.

Finalmente, la reacción de Pedro ante el milagro es la de verdadera humildad: caer a los pies de Jesús, reconocer su propia condición humana, y sentirse lo más pequeñito posible ante el Hijo de Dios.

Pero Jesús no se vanagloria de Pedro que está en el piso. Lo levanta y le dice a él y a su gente: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”.

Luego llevaron las barcas a tierra, y dejándolo todo, lo siguieron. Ojo: no dice que los pescadores hayan ido corriendo a avisarles a sus familias que luego volvían; tampoco dice que buscaron compradores para tanto pescado que encontraron; y mucho menos dice que se hayan puesto a discutir lo que pasó y si deberían seguir a Jesús o no.

Dejándolo todo, lo siguieron