El mensaje de este dÃa es sencillo: sepamos dar el verdadero valor a las cosa de la tierra y a las cosas divinas. Lo material, como el dinero la fama y los placeres, son sólo cosas pasajeras, que a su tiempo se perderán y no podrán ser recuperadas. Léase: a la hora de nuestra partida de este mundo.
Las cosas de nuestra alma, no tienen tiempo de expiración, ya sea para bien o para mal.
Dice el Evangelio de hoy:
“En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de que pudieran acusarlo”.
¡No nos dejemos engañar, esto no sólo es de aquellos tiempos! El tentar a Dios con nuestra vida es tan común hoy en dÃa como lo era entonces: Expresiones como “Señor, te rezo cien rosarios, pero sana a mi madre“, o “Padre, te prometo ir de rodillas hasta la BasÃlica de Guadalupe si permites que mi hijo salga de su problema de drogas“.
Reza los rosarios, sÃ, pero no lo hagas como condición. Ve de rodillas hasta la basÃlica, sÃ, pero no le pongas condición.
¡Y deja de estar distribuyendo cartas cadena! (Si compartes esta carta con 10 personas verás que se cumple un milagro).
Pero sigamos con el Evangelio:
“Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran: ´Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie. Dinos, pues, qué piensas: ¿Es lÃcito o no pagar el tributo al César?”.
Nada tontos. Queriendo hacer decir a Jesús que no debÃa pagarse tributo al emperador romano, ¡se hecharÃa de enemigo al más poderoso ejercito del mundo!
Pero la respuesta de Jesús fue más astuta:
“Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones, les contesto: ´Hipócritas, ¿por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la moneda del tributo´. Ellos le presentaron una moneda. Jesús les contestó: ´¿De quién es esta imagen y esta inscripción?´ Le respondieron: ´Del César´. Y Jesús concluyó: ´Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”.
Finalmente, para todos aquellos que tienen duda de la veracidad de las escrituras, fÃjate en la moneda que se presenta en la parte de arriba. Esto corrobora exactamente el tiempo de los hechos: La época de Tiberius, cuando Herodes era gobernador de Judea.
No perdamos de vista la verdad, la cual es histórica y divina. Demos al César y a Dios sus verdaderos tributos.