Apocalipsis – Parte IX

The whore of Babylon
By Hans Burgkmairhttp://monsterbrains.blogspot.com/2008_03_09_archive.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5215507

Uno de los ángeles de las siete copas se le acerca a Juan y le dice que le mostrará a la gran prostituta, con la que se han revolcado los máximos gobernantes del mundo, y que está a la orilla de los grandes mares. Una mujer que está montada sobre la primera bestia, la cual está herida y muchas de sus cabezas han muerto ya.

El consenso de esta descripción –el cual es corroborado por el mismo angel que le habla a Juan– es que, obviamente, no se trata de una mujer, sino un reino, o gobierno, en el cual la gente ha cometido un sin fin de inimaginables pecados, excesos, y barbaridades. Lo más triste es que aquí se han martirizado y matado a una gran cantidad de seguidores de Dios y de Jesús.

Estamos en la Gran Babilonia, como también se le conoce.

Pero, ¿de cuál gobierno están hablando? Muchos piensan que se trata de algo situado en New York, pues es una de las más importantes ciudades del mundo, que está junto al mar y es donde reside la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de ahí que constantemente se mencione a reyes –o jefes de estado– de muchas naciones que se la pasan ahí.

Sin embargo, no nos dejemos engañar: puede ser cualquier otra ciudad que esté cerca de uno de los océanos. De hecho, el angel menciona que los océanos representan multitudes gigantes de pueblos y gente que se postran ante ella. Finalmente, todo esto no necesariamente tiene que ser ahora, en nuestros tiempos. Tal vez, se trate de un lugar que ahora mismo ni siquiera nos los podemos imaginar.

La caída de la gran ciudad

Poco después, Juan ve cómo baja un angel que, con una poderosa voz, clama:

¡Cayó, cayó la Gran Babilonia!

Y mucha gente, principalmente los reyes y jefes de estado, llorarán la pérdida de esta ciudad… ¡se les acabó su juego!

Y ahora, todo está listo para la llegada del Cordero para acabar con los últimos enemigos.

La boda del Cordero

Ahora, la Gloria del Cielo se vuelve a abrir y aparecerá un jinete con una corona de oro en un caballo blanco. Se trata de Jesús. Detrás de él viene un ejercito de miles de jinetes. Vienen directamente a destruir a la bestia, y a todos los que fueron marcados con su número, y al falso profeta. A estos dos últimos se les atrapa y se les arroja vivos “al lago de fuego que arde con azufre“.

Los mártires y fieles a Dios han sido resucitados y vienen a gobernar con nuestro Señor. Esta es la boda o unión de Jesús con su pueblo, con su gente. Oh, pero el resto de los muertos no ha sido resucitado aun. Sólo revivieron los perseguidos. A esa se le llama la Primera Resurrección; luego le tocará al resto.

Y finalmente, un último angel baja con una cadena gigantesca, y con ella amarra a Satanás — el dragón–, y lo arroja al abismo donde es puesto y encerrado con sellos y candados.

Pero, no por siempre.

Su castigo será por Mil Años. ¡Ay, Dios mío! O sea que ¡esto todavía no se acaba! No, aun no acaba, pues después de ese tiempo el dragón será liberado…

Apocalipsis – Parte VII

La Mujer y el dragón
La Mujer y el dragón

Ahora que ya se llevó a cabo el Juicio de Siete Trompetas, estamos en una quieta espera del siguiente episodio. La Tierra y sus habitantes han sido castigados con muchas catástrofes humanas, naturales, y divinas; pero la Humanidad parece no entender que es hora de portarse bien y enderezar su camino.

Esto no es mas que la continuación de por qué seguimos padeciendo males, enfermedades, y demás problemas. ¡Y así ha sido por miles de años! Nomás no aprendemos…

En fin, ahora vienen a escena varias figuras que son clave en el final del Apocalipsis. Veamos quiénes son:

  • Una Mujer, vestida de blanco, con el sol en su espalda y la luna bajo sus pies, y que tiene una corona con 12 estrellas en su cabeza. Está esperando, y Juan sabe que es un niño.
  • Ahora, los malos. Primero, el gran dragón, que es Satanás, tiene siete cabezas coronadas y diez cuernos.
  • Segundo, una bestia del mar, con siete cabezas, diez cuernos, y diez coronas. Cada cabeza tiene nombre de blasfemias –malas palabras hechas para insultar a Dios–.
  • Tercero, una bestia de la tierra, con mucho semejanza a un cordero, pero con dos cuernos, cola de lobo y patas de cabra.

Los tres malos –dragón, bestia del mar y la bestia de la tierra– están en el mundo, y están llevándose a la gente, maravillándolos con proezas y milagros. Las coronas en las cabezas representan a los jefes de varias naciones. Las cabezas son los grupos que están detrás de cada gobierno.

¡Muchísimo cuidado! No nos dejemos engañar.

El dragón está a la espera de que la Mujer vaya a dar a luz a su hijo para devorarlo. Pero la Mujer es ayudada a escapar y es puesta a salvo. El dragón se enfurece por este episodio y comienza a perseguir y atacar a todos los creyentes de Dios y su Hijo. ¡Está super furioso! Y su ira será despiadada.

Guerra en el Cielo

Pero no todo el problema está en la Tierra, ahora sabemos que la destrucción y la guerra del bien y el mal ¡también se están dando en el cielo! Ahora si la cosa se puso fea, pues si en el Cielo no hay resguardo, ¿para dónde correr? Afortunadamente, el Arcángel Miguel logra vencer al dragón y, finalmente, lo expulsa del Cielo.

Recuerda que en muchos episodios de la Biblia se habla que el diablo frecuentemente está frente a Dios, le habla y recibe instrucciones. Pero ahora, se le han cerrado las puertas para siempre.

En su derrota, enfoca su ira en destruir a la Mujer y su hijo, por lo que viene a Tierra a seguir su misión. Por ahora, dejará a sus dos monstruos que se hagan cargo de la Humanidad, esto por un período de 42 meses.

La bestia del mar

Una de las cabezas de la bestia del mar es herida, pero le sana. Ante este suceso, muchos habitantes de la Tierra quedan admirados y ofrecen alabanzas a la bestia. Este monstruo comienza a perseguir a los Cristianos y, desafortunadamente, muchos de ellos mueren.

La bestia de la tierra

Este monstruo, sana a la cabeza herida de la bestia del mar, y ordena a todos los habitantes de la Tierra a hacerle imágenes, ofrendas, y alabazas. Realiza muchos eventos maravillosos, incluso se habla de que hace hablar a una estatua. Esto les da más fuerza. Finalmente, ordena a todos que se marquen el famoso número de la bestia 666. Nadie podrá hacer nada sin este número.

Un dato curioso: ¿Sabías que el número 666 NO nos es mencionado por primera vez en el Apocalipsis? Cuando el Rey Salomón se dejó conquistar por La Reina del Sur –nada que ver con Kate del Castillo–, la reina de Sabá, le entregó 666 talentos de oro. Otros estudiosos mencionan que el Rey cobraba 666 talentos de oro cada año como impuesto. Por todo esto, se dice que Salomón fue en realidad la primera bestia. Nada comprobado, pero nos deja pensando…

Se prepara una nueva lucha

¡Oh! ¡Pero no todo está perdido, pues Jesús está a lo alto del monte Zión con los 144,000 que están listos para atacar y destruir a las bestias y a los que están marcados con su número!

El Cielo se abre otra vez y comienzan a bajar ángeles. Claman por el arrepentimeinto y alabanzas al verdadero Dios. Están advirtiendo que los que adoren a la bestia y se dejen marcar, sufrirán la ira de Dios.

Después de un tiempo bajarán otros siete ángeles con copas. En ellas traen las últimas siete catástrofes para los habitantes de la Tierra.

El final ahora sí está cerca.