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Rezando: ¿Cómo debemos escuchar las lecturas?

Lectura del Evangelio

Esta es una pregunta muy frecuente: si me dieron el misal del día, ¿debo estar leyendo el libro o debo prestar toda mi atención a lo que está diciendo el sacerdote o el lector?

Anteriormente, se pedía –o más bien, casi se exigía– a la gente que asistía a misa que prestaran la atención debida al lector, usualmente el sacerdote, pues esto era una muestra de respeto y era más efectivo para recordar de lo que se habló en la ceremonia.

Además, en muchos pueblos, la mayoría de la gente no sabía leer, así que no quedaba de otra mas que escuchar y poner atención.

Afortunadamente, esto ha cambiado y ahora la mayoría de los asistentes a misa saben leer.

A pesar de esto, en muchos lugares se insiste en poner atención al lector, y sólo ver el libro cuando no se haya escuchado bien alguna parte o se quiera re-leer algún pasaje. En muchas ocasiones, los lectores tienden a hacer su trabajo con elocuencia y potencia, por lo que no hace necesario a los presentes en voltear a ver el libro.

Sin embargo, las misas están evolucionando mucho, y durante la ceremonia ocurren muchas distracciones. Es por eso que, últimamente, se ha empezado a ser más flexible en el uso del libro como una herramienta de más apoyo para entender a conciencia la palabra de Dios.

Al final, si te parece que vas a recordar mejor la palabra mientras escuchas al lector y lees al mismo tiempo… ¡pues, adelante!

Lecturas del domingo: Lucas da testimonio histórico de Jesús

"Andrea Mantegna 017" by The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM, 2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH.. Licensed under Public Domain via Commons.
San Lucas. “Andrea Mantegna 017” by The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM, 2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH.. Licensed under Public Domain via Commons.

Segundo Domingo de Adviento: Revístanse de alegría, quítense las penas, que ya viene El Señor.

Orale, en la Primera Lectura, Libro del profeta Baruc, tenemos un buen mensaje de optimismo que nos invita a quitarnos la apatía, el descontento, el miedo, y la envidia. Todo con la intención de afrontar nuestro llamado y apreciar lo bueno que nos da Dios.

Aunque se oiga un poco trillado, no cabe duda que es un buen mensaje de aliento y esperanza.

La perla del día es la presentación del Evangelio de San Lucas

Y es que se trata de uno de los documento más importantes para el Cristianismo: Lucas fue de profesión médico. Era una persona de estudios, meticuloso, que llevó un vida dedicado a la búsqueda del bienestar basado en el conocimiento.

Y algo muy importante: él no fue discipulo de Jesús.

Lucas no convivió con el maestro ni fue testigo de los acontecimientos. Pero fue tocado por Dios cuando conoció a Pablo y se convirtió en su discípulo. Pablo le hablo de todos los acontecimientos de la vida de Jesús y le llevó a conocer a otros que sí vivieron con Nuestro Señor. Incluso conversó con los restantes apóstoles y hasta con María, la madre de Jesús.

Cuando lucas escuchó todas las narraciones de los hechos, leyó todas las cartas y documentos, visitó a cientos de testigos tanto funcionarios como la gente. Después de todo esto, comenzó a escribir sus Actas. Pero sus escritos fueron extremadamente meticulosos, siempre pensando en presentar todos los hechos históricos para que no existiera duda ni científica ni histórica de la vida de Nuestro Señor.

He aquí su introducción:

“En el año decimoquinto del reinado del César Tiberio, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes, tetrarca de Galilea; su hermano Filipo, tetrarca de las regiones de Iturea y Traconítide; y Lisanía, tetrarca de Abilene; bajo el pontificado de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino la palabra de Dios en el Desierto sobre Juan, hijo de Zacarías.” Lucas 3, 1-6.

¿Te fijas todos los detalles que dio sólo para especificar un punto en el tiempo? ¿Para qué tanto rollo? Para que no quede duda de que Jesús vino y antes de Él, Juan –la Voz del Desierto– le preparó el camino.

El Evangelio de San Lucas es de suma importancia por su exactitud en los detalles cronológicos y geográficos. Para todos aquellos que dudan de la existencia y vida de Jesús, ahí tienen lo necesario para hacer sus investigaciones.