El sirviente no es más importante que su amo, ni el enviado es mayor que quien lo envía

Jueves Santo
Ceremonia de Jueves Santo, por Peter Mackriell – Flickr, CC BY 2.0, Link.

Hechos de los Apóstoles

Hch 13, 13-25
En aquellos días, Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar en Pafos; llegaron a Perge de Panfilia, y allí Juan Marcos los dejó y volvió a Jerusalén. Desde Perge siguieron hasta Antioquía de Pisidia, y el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Acabada la lectura de la ley y los profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron decir: “Hermanos, si tienen alguna exhortación que hacer al pueblo, hablen“.

Entonces se levantó Pablo, y haciendo señal de silencio con la mano, les dijo:

“Israelitas y cuantos temen a Dios, escuchen: El Dios del pueblo de Israel eligió a nuestros padres, engrandeció al pueblo cuando éste vivía como forastero en Egipto y lo sacó de allí con todo su poder, lo alimentó en el desierto durante cuarenta años, aniquiló siete tribus del país de Canaán y dio el territorio de ellas en posesión a Israel por cuatrocientos cincuenta años. Posteriormente les dio jueces, hasta el tiempo del profeta Samuel.

Pidieron luego un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, que reinó cuarenta años. Después destituyó a Saúl y les dio por rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos mis designios.

Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un salvador, Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: ‘Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco desatarle las sandalias’ “.

Evangelio según San Juan

Jn 13, 16-20
En aquel tiempo, después de lavarles los pies a sus discípulos, Jesús les dijo:

“Yo les aseguro: el sirviente no es más importante que su amo, ni el enviado es mayor que quien lo envía. Si entienden esto y lo ponen en práctica, serán dichosos.

No lo digo por todos ustedes, porque yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla el pasaje de la Escritura, que dice: El que comparte mi pan me ha traicionado. Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo soy.

Yo les aseguro: el que recibe al que yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado”.

 

Lecturas del domingo: Lucas da testimonio histórico de Jesús

"Andrea Mantegna 017" by The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM, 2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH.. Licensed under Public Domain via Commons.
San Lucas. “Andrea Mantegna 017” by The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM, 2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH.. Licensed under Public Domain via Commons.

Segundo Domingo de Adviento: Revístanse de alegría, quítense las penas, que ya viene El Señor.

Orale, en la Primera Lectura, Libro del profeta Baruc, tenemos un buen mensaje de optimismo que nos invita a quitarnos la apatía, el descontento, el miedo, y la envidia. Todo con la intención de afrontar nuestro llamado y apreciar lo bueno que nos da Dios.

Aunque se oiga un poco trillado, no cabe duda que es un buen mensaje de aliento y esperanza.

La perla del día es la presentación del Evangelio de San Lucas

Y es que se trata de uno de los documento más importantes para el Cristianismo: Lucas fue de profesión médico. Era una persona de estudios, meticuloso, que llevó un vida dedicado a la búsqueda del bienestar basado en el conocimiento.

Y algo muy importante: él no fue discipulo de Jesús.

Lucas no convivió con el maestro ni fue testigo de los acontecimientos. Pero fue tocado por Dios cuando conoció a Pablo y se convirtió en su discípulo. Pablo le hablo de todos los acontecimientos de la vida de Jesús y le llevó a conocer a otros que sí vivieron con Nuestro Señor. Incluso conversó con los restantes apóstoles y hasta con María, la madre de Jesús.

Cuando lucas escuchó todas las narraciones de los hechos, leyó todas las cartas y documentos, visitó a cientos de testigos tanto funcionarios como la gente. Después de todo esto, comenzó a escribir sus Actas. Pero sus escritos fueron extremadamente meticulosos, siempre pensando en presentar todos los hechos históricos para que no existiera duda ni científica ni histórica de la vida de Nuestro Señor.

He aquí su introducción:

“En el año decimoquinto del reinado del César Tiberio, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes, tetrarca de Galilea; su hermano Filipo, tetrarca de las regiones de Iturea y Traconítide; y Lisanía, tetrarca de Abilene; bajo el pontificado de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino la palabra de Dios en el Desierto sobre Juan, hijo de Zacarías.” Lucas 3, 1-6.

¿Te fijas todos los detalles que dio sólo para especificar un punto en el tiempo? ¿Para qué tanto rollo? Para que no quede duda de que Jesús vino y antes de Él, Juan –la Voz del Desierto– le preparó el camino.

El Evangelio de San Lucas es de suma importancia por su exactitud en los detalles cronológicos y geográficos. Para todos aquellos que dudan de la existencia y vida de Jesús, ahí tienen lo necesario para hacer sus investigaciones.

El verdadero paso del tiempo

Es muy interesante ver cómo el concepto de tiempo es vital para entender el mensaje y la palabra de Dios.

Y es que, muchas veces, en nuestra soberbia humana tratamos de hacer que las cosas quepan en nuestras ideas, bajo nuestros límites, dentro de lo que alcanzamos a ver. Esta es una de las razones por las que mucha gente se desespera de las doctrinas y las catalogan de irreal, ficticia, falsa… y optan por decir mejor me vuelvo ateo.

Paddy, el típico irlandés que es como el Juan o el José de Latinoamérica, le dijo un dia a uno de los más conocidos sacerdotes de ese país: Padre, yo ya no voy a la Iglesia porque soy ateo. Y el padre le respondía: Paddy, tu no eres ateo, eres sólo un huevon vago. ¡Ja!

Bueno, pero ya me salí del tema.

Vamos a repasar un poco:

  • El universo tiene como 13 mil doscientos millones de años, un chinconcua.
  • timeNuestra raza humana actual (homo sapiens), sin contar a todos los changos que nos precedieron, tiene aproximadamente 200,000 años.
  • La historia escrita tiene como 10,000 años.
  • El Antiguo Testamento es relativo a 5,000 años.
  • Jesús caminando sobre la Tierra ocurrió más o menos 2,015 años.
  • A la Iglesia le tomó como 300 años establecerse, después de que a muchos de los iniciadores los hecharon de comida a los leones, los quemaron, y les hicieron barbaridades. Entonces hablamos como hace 1,700 años.
  • Las grandes civilizaciones antiguas, como los Aztecas, La dinastía Ming, y otras alrededor del mundo, florecieron hace más o menos 1,000 años.
  • América fue descubierta hace poco más de 500 años.
  • Los Estados Unidos nacieron hace más de 200 años.
  • La Revolución Industrial empezó hace como 150 años.
  • Las Guerra Mundiales empezaron hace 100 años.
  • El hombre llegó a la Luna hace como 50 años.
  • La Internet nació hace como 40 años.
  • La Web Tiene como 20 años.
  • El iPhone ya casi tiene 10 años, más que Obama en la presidencia.

Bueno, ¿y a que coños viene todo esto? Pues la idea es que comprendas la gran cantidad de tiempo que ha pasado para que estés aquí mismo leyendo en tu pantalla este artículo. Las cosas no se hacen de un día para otro, y todo proceso de maduración y revelación toma su tiempo.

Cuando el pueblo Judío salió de Egipto, creyeron que ya pa´la nochecita estaremos de regreso, pero duraron sus 80 años navegando por el desierto. Los que originalmente salieron no fueron los que finalmente llegaron. Una generación se perdió.

Poco a poco entraremos a más detalle sobre este tema. Sólo recuerda, la medición del tiempo no es la misma entre Dios y nosotros.

Le preguntaba un tipo a Dios: Señor, ¿cuánto es para tí mill millones de dólares? Y le responde Dios: Menos de un centavo. Y pregunta otra vez el tipo: y ¿cuánto es para tí mil millones de años? Menos de un segundo, responde El Creador. En eso clama el hombre: ¡Señor, dáme un centavo!, Sí, como no –responde Dios–, espera un minuto. 🙂