Lecturas del V Domingo de Pascua 15 de Mayo de 2022: Que se amen los unos a los otros, como yo los he amado

Jesús instituyendo el mandamiento nuevo, por Duccio – This file was derived from:  Duccio di Buoninsegna 034.jpg, Public Domain, Link.

Hoy es el Quinto Domingo de Pascua. Descubrimos que Pablo y Bernabé emprenden una aventura por el Mediterraneo cerca de las islas griegas, llevando la palabra de Dios. Pronto serían aprehendidos y sometidos a tortura, pero ellos están listos y dispuestos a sufrir sabiendo que hacen la voluntad de Dios.

Y Jesús nos deja un mandamiento nuevo: Que nos amemos los unos a los otros como Dios nos ha amado. Asi de sencillo, no podemos pedir más.

Hechos de los Apostoles 14, 21b-27

En aquellos días, volvieron Pablo y Bernabé a Listra, Iconio y Antioquía, y ahí animaban a los discípulos y los exhortaban a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad designaban presbíteros, y con oraciones y ayunos los encomendaban al Señor, en quien habían creído.

Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron en Perge y llegaron a Atalía. De ahí se embarcaron para Antioquía, de donde habían salido, con la gracia de Dios, para la misión que acababan de cumplir.

Al llegar, reunieron a la comunidad y les contaron lo que había hecho Dios por medio de ellos y cómo les había abierto a los paganos las puertas de la fe.

Salmo 144, 8-9. 10-11. 12-13ab

R. (cf. 1) Bendeciré al Señor eternamente. Aleluya.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento para enojarse y generoso para perdonar.
Bueno es el Señor para con todos
y su amor se extiende a todas sus creaturas. R.
R. Bendeciré al Señor eternamente. Aleluya.
Que te alaben, Señor, todas tus obras
y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino
Y den a conocer tus maravillas. R.
R. Bendeciré al Señor eternamente. Aleluya.
Que muestren a los hombres tus proezas,
el esplendor y la gloria de tu reino.
Tu reino, Señor, es para siempre,
y tu imperio, por todas las generaciones. R.
R. Bendeciré al Señor eternamente. Aleluya.

Apocalipsis del Apostol San Juan 21, 1-5a

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar ya no existía.

También vi que descendía del cielo, desde donde está Dios, la ciudad santa, la nueva Jerusalén, engalanada como una novia, que va a desposarse con su prometido. Oí una gran voz, que venía del cielo, que decía:

“Ésta es la morada de Dios con los hombres;
vivirá con ellos como su Dios
y ellos serán su pueblo.
Dios les enjugará todas sus lágrimas
y ya no habrá muerte ni duelo,
ni penas ni llantos,
porque ya todo lo antiguo terminó”.

Entonces el que estaba sentado en el trono, dijo: “Ahora yo voy a hacer nuevas todas las cosas”.

Evangelio según San Juan 13, 31-33a. 34-35

Cuando Judas salió del cenáculo, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.

Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos’’.

Apocalipsis – Parte X

La nueva Jerusalén
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El día de hoy terminamos la narración de los hechos del apocalipsis. Después de nueve episodios sabemos que la lucha del bien contra el mal es finalmente ganada por Dios y el Cordero, y que la Humanidad sufrirá terribles consecuencias por sus iniquidades, falta de fe, desobediencia, y entrega al enemigo.

Pero, regresando a la parte anterior, sabemos que Satanás, el dragón, ha sido encadenado y lanzado a un abismo por el que estará encerrado por mil años; posiblemente se ha pensando que durante este tiempo el chamuco saldrá reformado al ver que sus planes han fallado. Pero, ¿qué pasará en realidad? Definitivamente ¡el hombre de rojo saldrá encolerizado! Efectivamente, así es: después de ser liberado, el diablo vuelve a poner a mucha gente contra Dios.

¡Ay, Dios Mio! ¿Por qué no hemos aprendido?, ¿Por qué somos de cabeza tan dura y no entendemos todo lo que ha pasado? Los estudiosos dicen que, en mil años, la destrucción del imperio de las bestias y del falso profeta se habrán convertido en historias fantásticas, leyendas. El mil años habrán pasado casi 40 generaciones, y es fácil imaginar que habrá muchos avances tecnológicos y científicos. Tal vez no haya hambres, ni crímenes, y pocas enfermedades. Así que será fácil olvidarse de Dios.

¡Qué terrible! Parece se que la única forma en que la Humanidad puede tener presente a Dios es sólo cuando existen enfermedades, problemas, muertes. Y todavía nos preguntamos por qué Dios nos manda los problemas que tenemos ahora. La respuesta: para que no nos olvidemos de Él. Un poco confuso, pero si te fijas lo que pasará a la gente del futuro descrito en el párrafo anterior, lo comprenderás mejor.

En fin, Satanás logra formar un ejercito gigantesco que sitiará de nuevo a la ciudad donde viven los santos, los justos, y los seguidores de Dios. A punto de atacar, el gigantesco ejercito del mal será destruido por una lluvia de fuego que caerá del Cielo, y el dragón no recibirá más clemencia: será arrojado al mismo fuego eterno donde ya se encuentran la bestia y el falso profeta.

Todo el mal ha acabado por fin.

El último juicio

Después, todos los muertos resucitarán. Recuerda que en el capítulo anterior mencionamos la primera resurrección –la de los justos y los mártires– pero ahora vienen todos los demás. Miles de millones serán juzgados por sus obras, las cuales están escritas en el libro del bien y del mal. Nadie se escapará de este juicio. Todos los malos serán arrojados al mar de fuego, y los buenos a compartir con Dios… en la Nueva Jerusalén.

Finalmente, la Muerte será también vencida y arrojada al mar de fuego.

El dolor y la muerte finalmente desaparecerán.

El último mensaje

Dios le dice a Juan que escriba: “Voy a llegar pronto”.