Bueno, pues ahora sà me voy a meter en camisa de once varas, como decÃa mi abuelito: Vamos a hablar de la muerte.
Para entender mejor a la huesuda tenemos que comprender muchos aspectos que van desde el tiempo que pasamos en la Tierra, hasta la inmortalidad de nuestra alma y espÃritu. Previamente hemos discutido lo del tiempo (haz click aquà para repasar) y también las cosas del Alma y El Espiritu (click aquÃ).
Ahora bien, si el EspÃritu es un enlace que tenemos con Dios entonce todos tenemos ese enlace y nos juntamos en un lugar común. Es por eso que tu tienes amor por tus padres, por tu hijos, tus amigos, tu pareja. Todos estamos entrelazados por el mismo punto común: Dios.
Cuando alguien cercano muere ese enlace no se rompe, sino que vuelve a Dios. Pero tu mantienes ese enlace también, por lo tanto la unión persiste. Esa es la razón por la que sigues amando a los seres que ya no están, al contrario ¡los sigues sientiendo!
Nuestro cuerpo biológico no logra ir más allá de la lógica del espÃritu. Por eso la muerte nos duele, y hasta decimos con mucha razón: ¡me duele hasta el alma!
Una vez que tu cuerpo muere, es el Alma, la chispa de la vida, la que prosigue su camino. Jesús vino a decirnos que Él es el camino a Dios, y Dios es el paraÃso en sÃ. No lo imagines como siempre nos lo han contado: un oasis en el desierto. No, tenemos que pensar e imaginar diferente qué queremos decir ir a Dios.
Todos tenemos Alma, eso está claro porque estamos vivos. El Alma es energÃa pura, pero consciente. Muchos cientÃficos han mencionado que, en nuestro proceso de evolución, llegaremos a experimentar la transformación de cuerpo en energÃa, por lo tanto ya no será necesario tener brazos, ni piernas, ni panza, etc. Habremos alcanzado el nivel máximo de expresión.
Obviamente, para eso falta muchÃsimo tiempo, pero mientras debemos entender que nuestra Alma es nuestra posesión más preciada, y el EspÃritu es el enlace guÃa hacia nuestro Señor.
Si no tienes EspÃritu, entonces eres sólo un cuerpo con una alma que, cuando mueras, no sabrá a dónde ir, pues le faltará esa guÃa, ese link, ese camino. Y ¿sabes qué? Esa Alma se quedará en el vacio, vagando eternamente, sin saber a dónde ir. Ese es en verdad el Infierno.
En la siguiente parte analizaremos más acerca del proceso de la muerte y cómo es posible que la aceptemos de mejor manera. Haz click aquÃ.