Esta y la semana pasada, hemos estado escuchando fragmentos del famoso “Sermón de la montaña”, momento en el que Jesús juntó a sus discÃpulos y en un momento de profunda comunión les enseñó a orar.
“Un dÃa, Jesús estaba orando, y cuando terminó, uno de sus discÃpulos le dijo: ‘Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discÃpulos’.
Entonces, Jesús les dijo: ‘Cuando oren, digan:
Padre, Santificado sea tu nombre,
venga tu Reino,Â
danos hoy nuestro pan de cada dÃa,
y perdona nuestras ofensas,
que también nosotros perdonamos
a todo aquel que nos ofende,
y no nos dejes caer en tentación“.
AsÃ, el Padre Nuestro quedó instituido como la oración universal que contiene todas las peticiones de nuestra vida humana, en forma humilde pero firme de qué es lo que en realidad vale la pena.