Chismes, murmuraciones y quejas
¡Ah, la naturaleza humana! En la primera lectura nos topamos con que los judios del área lo que hoy es Grecia se quejan con los Doce Apóstoles de que sus contrapartes de Palestina no los están ayudando como se debe.
Resulta que hay muchas murmuraciones y chismes entre las dos partes, pues –en ese momento– por varias décadas, los judios griegos se han vuelto un poco más elitistas, con más conocimientos; y esto lo podemos ver hasta el dia de hoy, en que ciertos libros del antiguo testamento no son reconocidos por los judios tradicionales. Estos libros no reconocidos fueron escritos en Griego.
Las viudas son de las personas más necesitadas, especialmente cuando son mayores de edad y no pueden valerse por si mismas. En ese entonces, existÃa un convenio entre todos los judios deberÃan cuidarse los unos a los otros y vivir compartiendo todo para todos. Parte de este acuerdo incluÃa a las viudas de por vida.
Pero una cosa son los buenos deseos y otra la realidad. Los judios palestinos (hebreos) no estaban haciendo su parte con estas mujeres. Por lo que los griegos se fueron a quejar amargamente con los Doce Apóstoles. Estos, sabiendo cómo se las gasta el Pueblo de Dios, toman la decisión de nombrar una comisión de siete (otra vez ese numerito que tanto se repite) para que se hagan cargo de cuidar a los más necesitados.
Una vez seleccionados los siete, son presentados ante los 12 y les son impuestas las manos después de un perÃodo de oración.,
Este es un evento importantÃsimo, pues es el nacimiento del diaconado, es decir la imposición de las manos a seguidores de Cristo para que realicen labores en nombre de la Iglesia para la gente que mas lo necesita.
Via et veritas et vita
Jesús les dice esto a los 12 en una parte de la Última Cena. TodavÃa hay mucha confusión entre ellos, pues aún no han ocurrido los hechos de la muerte y la resurrección. Su ojos todavÃa están nublados, y por eso Tomás y Felipe hacen cuestinamientos sobre esas palabras:
“Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo podemos saber el camino? – dice Tomás
“Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta” – dice Felipe.
Les responde Jesús:
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre si no es por mÃ. Si ustedes me conocen a mÃ, también conocen a mi Padre.”
Y a Felipe le reclama: “Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavÃa no me conoces? Quien me ha visto a mà ha visto al Padre.
Para nuestra fortuna, nosotros sabemos la verdad, pues finalmente será revelada durante la Pasión y la Resurrección. Pero más aún, cuando comprendemos que Jesús no nos deja solos, y que siempre está ahÃ; y es nuestro consuelo que al aceptar a Jesús, estamos aceptando al Padre al mismo tiempo.
Y no necesitamos ver para creer.