El dÃa de hoy celebramos a La Sagrada Familia: el pequeño Jesús, su padre San José y la Virgen MarÃa. Y la lectura del Evangelio de este dÃa es conocida por la tradición popular –y en los misterios del rosario– como el relato del “niño perdido y hallado en el templo”:
“Los padres de Jesús solÃan ir cada año a Jerusalén para las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos dÃas, se volvieron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que los padres lo supieran.
“Creyendo que iba en la caravana, hicieron un dÃa de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca”.
Conozcamos un poco del contexto de esta historia. El camino de Jerusalén a Belén no es nada fácil. Se trata de una distancia de aproximadamente 90 millas (135 Kms), que la gente pobre tenÃa que recorrer en caravanas, algunos en carros tirados por animales, otros en mulas, y los más pobres a pie. Pero dichas caravanas se dividÃan: primero salÃan los niños uno o dos dÃas antes, luego las mujeres y al final los hombres, con un dÃa de atraso pues ellos caminaban más rápido que los demás.
Pasó un dÃa de viaje cuando San José y MarÃa, de alguna forma se dieron cuenta de que Jesús no iba en la caravana de los niños. Posiblemente era la mitad del camino, y es entonces que se deciden regresar. Definitivamente, no se trata ni de un chiste ni de algo que se toma a la ligera.
¿Qué actitud hubieran tenido mis padres si les hubiera hecho eso?
En fin, sigue el relato:
“Al tercer dÃa lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oÃan se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas.
“Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo: ´Hijo mÃo, ¿porqué te has portado asà con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando, llenos de angustia´. Él les respondió: ´¿Porqué me andaban buscando? ¿No sabÃan que debo ocuparme de las cosas de mi Padre?´. Ellos no entendieron la respuesta que les dió.
“Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad. Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas.
“Jesús iba creciendo en saber, en estatura y en el favor de Dios y de los hombres”.
El contenido de este relato del Evangelio de San Lucas nos habla de muchas cosas; por ejemplo, de cómo la adolescencia marca el parteaguas de la vida de una persona: el joven que, basado en lo que ha aprendido en su familia, tiene que buscar su propio camino, veces ante la incomprensión de sus padres que han montado en sus mentes y corazones expectativas a las que los hijos no responderán necesariamente.
Hagamos de la Sagrada Familia un ejemplo para las nuestras. Ante la incomprensión y la desesperación que a veces sentimos con nuestros hijos, recordemos que hasta el mismo Jesús nos dio una lección de ellos también deben buscar sus vidas, pero siguiendo sometidos a la autoridad de sus padres.