Cuenta la leyenda que San AgustÃn –uno de los principales doctores del a Fé cristiana– estaba caminando un dÃa por una playa, pensando en el misterio de la SantÃsima Trinidad: cómo es posible que 3 personas sean una sola al mismo tiempo.
Pues bien, San AgustÃn estaba caminando en la paya cuando vio a un niño que habÃa hecho un hoyo en la arena y corrÃa al mar con una concha. Llenaba la concha con agua y luego regresaba al hoyo para hecharla. HacÃa esto constantemente.
Se acerco el Santo y le preguntó qué estaba haciendo, a lo que el pequeño respondió: ”Estoy tratando de poner todo el mar en este hoyo en la arena”. AgustÃn respondió: “pero eso es imposible, pequeño, ¡el mar no puede caber en ese hoyo!”
El niñito lo vio a los ojos y le dijo “no es mas imposible de lo que estás tratando de hacer tú, comprender el misterio de la Trinidad con tu propia inteligencia”.
Al oÃr la respuesta, San AgustÃn se sorprendió, y por un momento volvió la vista al mar. Cuando trató de hablar con el niño, éste ya no estaba ahÃ. Se habÃa esfumado en el aire.
Este dÃa celebramos el misterio de la SantÃsima Trinidad, el concepto de que El Padre, El Hijo, y el EspÃritu Santo son tres personas diferentes, pero una misma al mismo tiempo. Aunque en la actualidad estamos acostumbrados a no sorprendernos por paradigmas como éste por que constantemente vemos casos similares en las series de ciencia ficción, la realidad es que es muy confortable saber que, cada vez que nos persginamos, hacemos una invocación a la Trinidad para pedir su protección y mantener el contacto con nuestro Dios y con nuestro Señor Jesucristo, cubiertos con la SabidurÃa y Conciencia del EspÃritu Santo.
¡Amén!