No tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos

Jesús y los fariseos
Jesús dirigiéndose a los fariseos, Por James Tissot – Public Domain, Link

Rut

Rut 2, 1-3. 8-11; 4, 13-17
Tenía Noemí, por parte de su marido, Elimélek, un pariente de muy buena posición, llamado Booz.

Rut, la moabita, le dijo a Noemí: “Déjame ir a un campo en donde el dueño me permita recoger las espigas que se les caigan a los segadores“. Ella le respondió: “Ve, Hija mía“. Fue Rut y se puso a recoger espigas detrás de los segadores en un campo, que para suerte de ella, pertenecía a Booz, el de la familia de Elimélek.

Booz le dijo a Rut: “Escucha, hija mía. No vayas a recoger espigas en otros campos ni te alejes de aquí; quédate junto a mis espigadoras y síguelas por donde ellas vayan recolectando. Ya les dije a mis segadores que no te molesten. Si tienes sed, ve a donde están las vasijas y bebe del agua dispuesta para los trabajadores“.

Ella se postró ante él y le dijo: “¿Por qué me tratas con tanta benevolencia y te fijas en mí, que no soy más que una extranjera?” Booz le respondió: “Me han contado todo lo que, después de la muerte de tu marido, has hecho por tu suegra: cómo has renunciado a tu padre y a tu madre y a la tierra en que naciste, y has venido a vivir entre gente que no conocías“.

Después de algún tiempo, Booz se casó con Rut, se unió a ella y el Señor hizo que Rut concibiera y diera a luz un niño. Las mujeres le dijeron a Noemí: “Bendito sea el Señor, que no ha permitido que le faltara a tu difunto esposo un heredero para perpetuar su nombre en Israel. Este niño será tu consuelo y el apoyo en tu vejez, porque te lo ha dado a luz tu nuera, que tanto te quiere y que es para ti mejor que siete hijos“. Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y se encargó de criarlo. Las vecinas felicitaban a Noemí, diciendo: “Le ha nacido un hijo a Noemí“, y le pusieron por nombre Obed. Este es el padre de Jesé, padre de David.

Evangelio según San Mateo

Mt 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos:

“En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame ‘maestros’.

Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestros‘, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre‘, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guías‘, porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.

Domingo de la Santísima Trinidad, 2021

Imagen de la Santísima Trinidad
Imágen de la Santísima Trinidad, por www.ldm.lt, Public Domain, Link

Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz decimos: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. La enseñanza de la Iglesia siempre ha sido la misma: Un solo Dios, pero formado por tres personas o entidades.

Hoy hacemos dedicación de nuestro domingo a la Santísima Trinidad. Y el Evangelio de San Mateo nos dice:

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.
Entonces Jesús se acercó a ellos y les dijo: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo lo que les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.

El Consuelo de Jesús en la Muerte de Nuestros Seres Queridos

Imagen de Jesús al pie de la cruz
Imagen de Jesús al pie de la Cruz en Viernes Santo.

Es mu difícil pensar en la muerte de nuestros seres queridos. Esas personas a las que amamos con nuestro corazón y que siempre están en nuestros pensamientos.

Pero, esta semana, en el Evangelio del domingo escuchamos este dulce mensaje de Jesús:

“La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: ´Me voy, pero volveré a su lado´. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean”.

Que estas palabras de nuestro Señor: “Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo” nos den el consuelo que nuestra alma busque en esos momentos tan difíciles que tenemos que pasar en nuestras vidas. Amén.

Lecturas del Domingo: Mayo 22, 2016 – Santísima Trinidad

San Agustín y el niño en la paya
San Agustín y el niño en la paya

Cuenta la leyenda que San Agustín –uno de los principales doctores del a Fé cristiana– estaba caminando un día por una playa, pensando en el misterio de la Santísima Trinidad: cómo es posible que 3 personas sean una sola al mismo tiempo.
Pues bien, San Agustín estaba caminando en la paya cuando vio a un niño que había hecho un hoyo en la arena y corría al mar con una concha. Llenaba la concha con agua y luego regresaba al hoyo para hecharla. Hacía esto constantemente.
Se acerco el Santo y le preguntó qué estaba haciendo, a lo que el pequeño respondió: ”Estoy tratando de poner todo el mar en este hoyo en la arena”. Agustín respondió: “pero eso es imposible, pequeño, ¡el mar no puede caber en ese hoyo!”
El niñito lo vio a los ojos y le dijo “no es mas imposible de lo que estás tratando de hacer tú, comprender el misterio de la Trinidad con tu propia inteligencia”.
Al oír la respuesta, San Agustín se sorprendió, y por un momento volvió la vista al mar. Cuando trató de hablar con el niño, éste ya no estaba ahí. Se había esfumado en el aire.

Este día celebramos el misterio de la Santísima Trinidad, el concepto de que El Padre, El Hijo, y el Espíritu Santo son tres personas diferentes, pero una misma al mismo tiempo. Aunque en la actualidad estamos acostumbrados a no sorprendernos por paradigmas como éste por que constantemente vemos casos similares en las series de ciencia ficción, la realidad es que es muy confortable saber que, cada vez que nos persginamos, hacemos una invocación a la Trinidad para pedir su protección y mantener el contacto con nuestro Dios y con nuestro Señor Jesucristo, cubiertos con la Sabiduría y Conciencia del Espíritu Santo.

¡Amén!