Domingo de la Santísima Trinidad, 2021

Imagen de la Santísima Trinidad
Imágen de la Santísima Trinidad, por www.ldm.lt, Public Domain, Link

Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz decimos: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. La enseñanza de la Iglesia siempre ha sido la misma: Un solo Dios, pero formado por tres personas o entidades.

Hoy hacemos dedicación de nuestro domingo a la Santísima Trinidad. Y el Evangelio de San Mateo nos dice:

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.
Entonces Jesús se acercó a ellos y les dijo: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo lo que les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.

Lecturas del Domingo: Mayo 27, 2018 – La Santísima Trinidad

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Recuerdo mi Tía Amelia llevándome un día frente a una estatua que tenía una representación de Dios, de Jesús y sobre ellos una paloma con rayos de luz cubriéndolos.  Me decía mi tía que está con nosotros siempre, y que era un misterio que 3 personas estuvieran juntas al mismo tiempo.

El misterio de la Santísima Trinidad.

Cada vez que hacemos el signo de la cruz, invocamos a la Santísima Trinidad: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 3 personas diferentes en una sola entidad. Los tres existiendo desde la Creación.

A veces se nos presenta al Espíritu Santo como la conciencia de Dios, pues cuando escuchamos las lecturas del Génesis –especialmente durante la Creación del mundo– nos damos cuenta de que Dios establece un diálogo con “alguien más”. Dios habla con alguien y le explica lo que quiere hacer y lo que hará.

El Hijo es la encarnación de Dios en este mundo. Dios es una entidad de energía, de amor, algo que escapa de la lógica de nuestro pequeño mundo. Pero no de la ciencia, pues dentro de nuestro entendimiento Dios es el principal elemento de la naturaleza, es la energía que mueve todo el Universo. Pero, ¿cómo presentar esto ante los hombres? Hace 2000 años, tratar de explicar esto hubiera resultado inútil, y hasta escalofriante. El mensaje de Dios no hubiera tenido el efecto de que Dios es Amor, sino temor. ¿La solución? Hacerse humano, igual que los demás, y expresarse en sus mismos términos y palabras. Ahí está el Hijo, Dios hecho hombre.

Todo esto está explicado en términos sencillos, pero la verdad es que la Trinidad es más que eso. La función de las personas haciendo mover al Universo está más allá de nuestra comprensión… por ahora.

La Santísima Trinidad es el misterio más central de nuestra fé.

Lecturas del Domingo: Mayo 22, 2016 – Santísima Trinidad

San Agustín y el niño en la paya
San Agustín y el niño en la paya

Cuenta la leyenda que San Agustín –uno de los principales doctores del a Fé cristiana– estaba caminando un día por una playa, pensando en el misterio de la Santísima Trinidad: cómo es posible que 3 personas sean una sola al mismo tiempo.
Pues bien, San Agustín estaba caminando en la paya cuando vio a un niño que había hecho un hoyo en la arena y corría al mar con una concha. Llenaba la concha con agua y luego regresaba al hoyo para hecharla. Hacía esto constantemente.
Se acerco el Santo y le preguntó qué estaba haciendo, a lo que el pequeño respondió: ”Estoy tratando de poner todo el mar en este hoyo en la arena”. Agustín respondió: “pero eso es imposible, pequeño, ¡el mar no puede caber en ese hoyo!”
El niñito lo vio a los ojos y le dijo “no es mas imposible de lo que estás tratando de hacer tú, comprender el misterio de la Trinidad con tu propia inteligencia”.
Al oír la respuesta, San Agustín se sorprendió, y por un momento volvió la vista al mar. Cuando trató de hablar con el niño, éste ya no estaba ahí. Se había esfumado en el aire.

Este día celebramos el misterio de la Santísima Trinidad, el concepto de que El Padre, El Hijo, y el Espíritu Santo son tres personas diferentes, pero una misma al mismo tiempo. Aunque en la actualidad estamos acostumbrados a no sorprendernos por paradigmas como éste por que constantemente vemos casos similares en las series de ciencia ficción, la realidad es que es muy confortable saber que, cada vez que nos persginamos, hacemos una invocación a la Trinidad para pedir su protección y mantener el contacto con nuestro Dios y con nuestro Señor Jesucristo, cubiertos con la Sabiduría y Conciencia del Espíritu Santo.

¡Amén!