Hoy es el último domingo del tiempo ordinario. Este dia cerramos el año litúrgico con la celebración de Jesús, rey del Universo.
Las lecturas del dÃa nos hablan de dos reyes. El primero es David, quien es visitado por todos los ancianos de las 12 tribus, y le pidieron que –puesto que ya desde hacia tiempo él habÃa sido coronado rey de la tribu de Judá– se convirtiera en rey de las doce tribus. Después de hacer un pacto con ellos, fue coronado.
David, un muchacho humilde y sencillo, que fue el menor de 8 hermanos y pastorcillo. Él es conocido por haber ayudado a derrotar a los filisteos matando al gigante Goliat con una simple honda. Pero también sabemos de él porque es un gran poeta. La mayorÃa de los salmos fueron escritos por David, que sin duda, estaba lleno del EspÃritu Santo, y presentan cantos de alabanza a Dios.
Pero David también es humano y tiene debilidades. Al final, la traición, los celos y la lujuria lo llevarán a sufrir los peores castigos, entre ellos terribles derrotas militares y la muerte de sus hijos.
Pero de todo lo malo siempre viene algo bueno, y es que David logra formar las bases del nuevo Israel, y luego vendrá el rey Salomón… y después el Rey de Reyes.
Jesús, Rey del Universo
De acuerdo a los teólogos y a los sacerdotes judios, se puede trazar una linea directa de suseción entre el rey David y José, el padres de Jesús, lo que demuestra que Nuestro Señor es descendiente de David, como estaba pronosticado en las profecÃas judias.
Jesús es esperado como un nuevo rey, un nuevo mesÃas, que liberará a su pueblo. Israel ha estado sometido y esclavizado por miles de años. A pesar de que se rebela y libera constantemente, una y otra vez es sometido por algún imperio más grande: Egipcios, babilónicos, y en el tiempo de Jesús, los romanos.
Pero los judios pronto se enfrentan a la decepción, al desánimo, al fracaso. Jesús no los ha salvado del pueblo romano, pues siguen siendo esclavos. Ahora, sólo están escuchando un nuevo mensaje, un mensaje de salvación del alma, no de liberación fÃsica del pueblo. Empieza la división, la duda, y la curiosidad de un pueblo por este personaje.
El mensaje parece un poco obscuro, confuso. Jesús habla del triunfo sobre la muerte, la esperanza de vida eterna, el inicio de un verdadero imperio no de este mundo. Poco a poco su seguidores irán entendiendo las enseñanzas hasta comprenderlas y comenzar a llevar la buena nueva a todos los rincones de la Tierra.
Y, hoy, en su muerte, en medio de dos ladornes que también están siendo crucificados, Jesús está siendo humillado por los soldados y sacerdotes. Le hacen muecas y se burlan de él.
Le hacen muecas: ¿No ocurre eso en estos dias también? ¿No hay gente, programas de televisión, pelÃculas, que se siguen burlando de Jesús?
Uno de los ladrones, regañando al otro por su burlas a Nuestro Señor, le dice a Jesús: “Cuando llegues a tu Reino, accuérdate de mÔ.
Y Jesús le responde:
“Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraÃso”.