
Para nosotros los católicos, la EucaristÃa es el sacramento (el ritual) en el que se consagran (se ofrecen o dedican) una ofrenda de pan y vino, en recuerdo de la Última Cena de nuestro Señor Jesucristo.
Hoy es el dÃa dedicado por la Iglesia para recordar especÃficamente el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor, representados por el Pan y el Vino.
La primera lectura, tomada del libro del Deuteronomio, nos recuerda El Pan
“En aquel tiempo, habló Moisés a su pueblo y le dijo: ‘Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer si ibas a guardar los mandamientos o no.
“Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que ni tú ni tus padres conocÃan, para enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.
“No sea que te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto y de la esclavitud; que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, lleno de serpientes y alacranes; que en una tierra árida hizo brotar para tà agua de la roca más dura, y que te alimentó en el desierto con un maná que no conocÃan tus padres'”.
La segunda lectura, tomada de la primera carta de San Pablo a los corintios, nos recuerda El Vino
“Hermanos: El cáliz de la bendición con el que damos gracias, ¿no nos une a Cristo por medio de su sangre? Y el pan que partimos, ¿no nos une a Cristo por medio de su cuerpo? El Pan es uno, y asà nosotros, aunque somos muchos, formamos un sólo cuerpo, porque todos comemos del mismo Pan”.
Y el Evangelio de San Juan nos muestra el Cuerpo y la Sangre de Jesús como la clave de la salvación
“En aquel tiempo, Jesús dijo a los judÃos: ‘Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan qe yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida’.
“Entonces los judÃos se pusieron a discutir entre sÃ: ‘Cómo puede éste darnos a comer su carne?’
“Jesús les dijo: ‘Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último dÃa.
“Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mà y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, asà también el que me come vivirá por mÃ.
“Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron su padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre'”.
Todos podemos alcanzar la vida eterna. La clave está en lo que dice Jesús de comer su cuerpo y su sangre. ¿Cómo lo podemos hacer? Consumiendo la EucaristÃa que se da en la Iglesia todos los domingos. Pero para poderla consumir, tienes que seguir los mandamientos de Dios y seguir a Jesús.
Asà todo lo necesario para la salvación está enfrente de nosotros en todas las misas a la hora de la consagración: El Cuerpo y la Sangre de Cristo.