Una semana depués del Domingo de Pentecostés, celebramos a la SantÃsima Trinidad, la cual es la dedicación a la doctrina de que sólo existe un Dios, pero que está formado por tres personas eternas e iguales: El Padre, el Hijo (Jesús) y el EspÃritu Santo. Tres personas distintas, pero al mismo tiempo un mismo cuerpo y substancia.
Dice el Evangelio de San Juan de hoy:
“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino que el mundo se salvara por Él. El que cree en Él no será condenado, pero el que no crea ya está condenado, por no haber creÃdo en el Hijo único de Dios”.