Un árbol bueno no puede producir frutos malos

Abraham contando las estrellas
El Señor indicando a Abraham que cuente las estrellas, por Julius Schnorr von Carolsfeld – Public Domain, Link.

Génesis

Gen 15, 1-12. 17-18
En aquel tiempo, el Señor se le apareció a Abram y le dijo: “No temas, Abram. Yo soy tu protector, y tu recompensa será muy grande“. Abram le respondió: “Señor, Señor mío, ¿qué me vas a poder dar, puesto que voy a morir sin hijos? Ya que no me has dado descendientes, un criado de mi casa será mi heredero“.

Pero el Señor le dijo: “Ese no será tu heredero, sino uno que saldrá de tus entrañas“. Y haciéndolo salir de la casa, le dijo: “Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes“. Luego añadió: “Así será tu descendencia“.

Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo. Entonces le dijo: “Yo soy el Señor, el que te sacó de Ur, ciudad de los caldeos, para entregarte en posesión esta tierra“. Abram replicó: “Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?” Dios le dijo: “Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos de tres años; una tórtola y un pichón“.

Tomó Abram aquellos animales, los partió por la mitad y puso las mitades una enfrente de la otra, pero no partió las aves. Pronto comenzaron los buitres a descender sobre los cadáveres y Abram los ahuyentaba.

Estando ya para ponerse el sol, Abram cayó en un profundo letargo, y un terror intenso y misterioso se apoderó de él. Cuando se puso el sol, hubo densa oscuridad y sucedió que un brasero humeante y una antorcha encendida, pasaron por entre aquellos animales partidos.

De esta manera hizo el Señor, aquel día, una alianza con Abram, diciendo:

“A tus descendientes doy esta tierra,
desde el río de Egipto
hasta el gran río Eufrates”.

Evangelio según San Mateo

Mt 7, 15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?

Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán”.

 

Lecturas del Domingo: Noviembre 10, 2019 – Nuestra vida eterna

Una novia para siete hermanos
Una novia para siete hermanos

La lectura del Evangelio de San Lucas de este domingo está basada en un hecho real que se ha repetido por cientos de años: el que una viuda se case con los hermanos del marido muerto en secuencia. Aunque parece inusual, no son pocas las culturas que lo han vivido y que sus comunidades aún lo mencionan:

“En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos le preguntaron: ‘Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin, murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues lo siete estuvieron casados con ella?’
Jesús les dijo: ‘En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues Él los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para Él, todos viven”.

Así, que no nos preocupe qué va a pasar con nosotros cuando estemos en el Reino de Dios: ni si nos veremos jóvenes, o viejos, o hermosos, o feos, o flacos, o gordos. Me veré con mi antiguo amor o con el actual, etc.

Seremos como luces que no tienen ni sexo ni forma física y que ya no necesitan estar en pareja o en grupos sociales, pues todo lo tendremos con Dios, pues estaremos con Él y Él con nosotros.

Dios está con nosotros.