Santo Tomás y sus acciones

Santo Tomás
Santo Tomás, por Diego Velázquez – Santo Tomás, Museo de Bellas Artes de Orleans., Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=45421285

Decíamos el domingo pasado, en el Evangelio de Juan, que Santo Tomás, uno de los doce discípulos originales de Jesús, tenía el problema de la incredulidad.

Tomás hasta puso sus propias condiciones para poder creer que Jesús había resucitado.

Y Jesús se le presenta y habla directamente a él, diciéndole: “No sigas dudando, sino cree“.

Esta experiencia dejó una fuerte marca en el apóstol, pues después se convirtió en un gran impulsor del Cristianismo. Primero, comenzó a llevar el Evangelio a Siria y otros países árabes, incluyendo Irán.

Sus esfuerzos fueron tan grandes que llegó hasta la India, donde fundó muchos templos y esparció la Palabra de Jesús entre habitantes de una tierra extraña, que nada tenía que ver con las raíces judías del cercano oriente.

De acuerdo a ciertas tradiciones, llegó a visitar unas partes del extremo occidental de China, y hasta viajó a Indonesia.

Pero, el celo de mercaderes hindues por la multitud que accarreaba y el mensaje de amor de Jesús que proclamaba, llevó que Santo Tomás muriera traspazado por una lanza luego de ser martirizado.

Santo Tomás Apóstol, cayó ante Jesús y pidió perdón por su incredulidad diciéndole “Señor mío, y Dios mío“. Pero más importante, no se amedrentó y se convirtió en uno de los más trabajadores y fervientes impulsores de la Palabra de Dios en este mundo.

Santo Tomás, después de su error, lucho incansablemente por Jesús, y hoy en día es el Santo Patrono de la India. Que su vida sea un ejemplo para todos nosotros.

Pascua 2018 – Sexto Domingo de Pascua: Vayan y den fruto

Imagen representando el bautismo de Cornelio
El Bautismo de Cornelio, por http://www.istrianet.org/istria/illustri/trevisani/works.htm, Public Domain, Link

Dice Jesús en el evangelio de San Juan:

“No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que El Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros”.

Vayan y den fruto. Dar testimonio y llevar el mensaje. La palabra de Jesús es tan importante y tan trascendental que estamos en el Siglo XXI y todavía tenemos dudas de qué significa realmente el amarse los unos a los otros. Todavía no logramos ayudar al prójimo. Todavía existe la violencia, el abandono, la muerte.

¿Acaso es tan complicado el mensaje de Jesús?

“Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros”

Vayan y den fruto. En la primera lectura, escuchamos un interesante pasaje del libro de los Hechos de los Apóstoles:

“En aquel tiempo, Pedro fue a la casa del oficial Cornelio, y éste le salió al encuentro y se postró ante él en señal de adoración. Pedro lo levantó y le dijo: ´Ponte de pie, pues son’y un hombre como tú´. Luego añadió: ´Ahora caigo en cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que fuere´”.

Este pasaje es tan importante, pues es el reconocimiento de la Iglesia no sólo para el pueblo Judío, sino que es una bendición para todos. Pedro también manda un mensaje a todas las generaciones de que la Iglesia está constituida por hombres y mujeres, con nuestros defectos y virtudes, para servirnos los unos a los otros.

Cornelio no es un personaje cualquiera, es un oficial romano, no un soldado, sino alguien con un alto rango y poder. Él ha llamado a Pedro para que le salve la vida a su criado, que está muriendo, pues ha seguido de cerca todos los acontecimientos de la vida de Jesús y sus seguidores. Cornelio es el primer no-judío que se convierte a la naciente religión del Cristianismo.

Esto no quiere decir que los romanos, siguiendo el ejemplo de este oficial, se convertirían de inmediato. No, pues pasarán más de 300 años y miles de muertes de los primeros cristianos por parte del pueblo y los gobernantes de Roma, para que Constantino –el emperador– declare a la Cristiandad como la religión oficial del Imperio Romano, y a los católicos como el grupo organizador.

Los Hechos de los Apóstoles es uno de los últimos libros de la Biblia y el cual contiene las narraciones de lo que hicieron los apóstoles de Jesús después de su muerte y resurrección. Ellos no se quedaron callados y solamente en el área de Israel. Comenzaron a predicar hasta tierras muy lejanas (Pedro llegó a ir hasta Roma, donde murió, y Tomás, el incrédulo, fundo muchas comunidades en Asia, hasta llegar a la India, en donde murió) y todos, excepto Juan, tuvieron muertes violentas por la causa de la Palabra.

Pero ellos en verdad caminaron, fueron, vivieron y sufrieron, y dieron fruto.

Tal vez es hora, de que pongamos atención y sigamos su ejemplo.