Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre.

Fotografía de un boquete en una pared debido a un robo.
Ladrones robaron un almacés de juguetes para niños sin recursos en México.

Carta del Apostol San Pablo a los Romanos

Rom 6, 12-18
Hermanos: No dejen que el pecado domine su cuerpo mortal y los obligue a seguir sus malas inclinaciones; no pongan sus miembros al servicio del pecado, como instrumentos de maldad. Por el contrario, pónganse al servicio de Dios, puesto que habiendo estado muertos, Él les ha dado la vida; pongan también sus miembros a su servicio, como instrumentos de santidad. El pecado ya no volverá a dominarlos, pues no viven ustedes bajo el régimen de la ley, sino bajo el régimen de la gracia.

¿Podemos entonces pecar, puesto que ya no vivimos bajo el régimen de la ley, sino bajo el régimen de la gracia? De ningún modo. ¿Acaso no saben ustedes que al someterse a alguien para obedecerlo como esclavos, se hacen sus esclavos? Si ustedes son esclavos del pecado, es para su propia muerte; si son esclavos de la obediencia a Dios, es para su santificación.

Pero gracias a Dios, ustedes, aunque fueron esclavos del pecado, han obedecido de corazón las normas de la doctrina evangélica que se les han transmitido, y así, una vez libres del pecado, se han hecho esclavos de la santidad.

Evangelio según San Lucas

Lc 12, 39-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre“.

Entonces Pedro le preguntó a Jesús: “¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?

El Señor le respondió:

“Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso ese siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene.

Pero si ese siervo piensa: ‘Mi amo tardará en llegar’ y empieza a maltratar a los otros siervos y siervas, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte de los desleales.

El siervo que conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá pocos.

Al que mucho se le da, se le exigirá mucho; y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más.

 

Lecturas del Domingo: 7 de Mayo de 2017 – Domingo del Buen Pastor

El buen pastor, por Alfred Handel, d. 1946[2], photo:Toby Hudson (Own work) [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0) or GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html)], via Wikimedia Commons
Hoy se celebra el cuarto domingo de Pascua, el cual es conocido como el domingo del Buen Pastor, pues las lecturas del día, por lo general se refieren a Jesús como nuestro pastor, y nos hablan de cómo podemos alcanzar la salvación a través de Cristo.

Primero, Pedro –en el Libro de los Hechos de los Apóstoles– nos dice que el primer paso para alcanzar a Dios es:

“Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados y recibirán al Espíritu Santo”.

¡Ah, el arrepentimiento! Tan fácil que se oye, pero ¡qué difícil es consegurilo!

El Señor es mi Pastor, nada me falta

Hoy tenemos mucha fortuna que el Salmo Responsorial es uno de los más bellos que hay: el Salmo 22: “El Señor es mi pasto, nada me falta”.

Y es que, son pocos los años en que en este dia, la asignación de las lecturas pone al Salmo 22 en este Domingo del Buen Pastor.

Jesús es el verdadero Buen Pastor

Dijo Jesús a los fariseos:

“Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que se salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas. A ese le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen su voz; el las llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y, cuando ha sacado a todas las ovejas, camina delante de ellas, y ellas lo siguen porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”.

Después de ver que no entendían, agregó: “Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado.

Yo soy la puerta, quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar, a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”.

Y nada nos faltará.