Hoy es el cuarto domingo de adviento, último fin de semana de preparación para la llegada de nuestro Salvador al mundo. En este dÃa encendemos la cuarta vela de la Corona de Adviento, la cual quedará completa.
Algo muy interesante es que la primera vela, la que encendimos el primero de diciembre, representa a MarÃa, y es la única vela que permanece encendida durante las cuatro semanas de preparación. MarÃa es la única persona que estuvo presente durante toda la vida de Jesús: desde la concepción, el nacimiento, la niñez, la adolescencia, la vida adulta, la pasión, la muerte, y por último la resurrección. MarÃa es la vela que permanece encendida durante toda la vida de Cristo.
Y hoy escuchamos la hermosa narración del Evangelio de San Mateo:
“Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando MarÃa, su madre, desposada de José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del EspÃritu Santo, estaba esperando un hijo. José, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
“Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: ‘José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a MarÃa, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del EspÃritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados’.
“Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que habÃa dicho el Señor por boca del profeta IsaÃas: He aquà que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quién pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
“Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le habÃa mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa”.