¡Hay tanto que aprendimos de las lecturas de hoy!
Primera Enseñanza: El Servicio a los Demás
Primero, San Pablo en la segunda lectura nos dice “En cada uno se manifiesta el EspÃritu Santo para el bien común“; asà todos recibimos algún tipo de don, como el don de lenguas, el don de ciencia, el don de fe, la gracia de curación de enfermedades, etc. Pero al final, es sólo el EspÃritu Santo el que hace todo eso, distribuyendo a cada uno sus dones según su voluntad.
Pero no es para que únicamente lo presumamos, o –al contrario– lo “metamos en un hoyo en la tierra” porque nos da miedo que los demás sepan de nuestras aptitudes y que éstas nos lleven a un escenario incómodo en el que todos nos vean. Por miedo y ansiedad el don se pierde.
Los dones son para alabar a Dios primero; en su honor, le brindamos nuestro extenso trabajo y sacrificio que nos llevó a terminar ese proyecto importante en nuestro trabajo o escuela. A Él le agradecemos que hicimos esa traducción tan necesaria para una familia que la necesitaba. Como dijimos anteriormente, ya no hacemos sacrificios para alabar a Dios, ahora le ofrecemos nuestro trabajo y nuestros éxitos.
Segundo, en el hermoso evangelio de San Juan escuchamos cómo Jesús realiza su primer milagro, no para recibir gloria y alabanza de los demás, sino para evitar que un novio fuera avergonzado durante su banquete de bodas, al convertir en vino seis tanques de agua. Servicio a los demás al poner en marcha sus poderes para ayuda a los demás.
MarÃa, nuestra Madre e intercesora
MarÃa fue invitada a una boda en Caná de Galilea, y ella llevó a Jesús y a su pequeño grupo de seguidores que se empezaba a formar. Jesús aún no era famoso en la región, pues sólo un grupo de gente le habÃa oÃdo su prédica, pero nada mas.
Durante la boda, el vino se acabó. En ese entonces, esto solÃa pasar por causa de robos o de mala planeación por parte de los novios, quienes eran los responsables de la celebración. Pero muchas veces era porque simplemente la nueva pareja no tenÃa tanto dinero y no habÃan podido comprar suficiente bebida. Cuando esto ocurrÃa, era motivo de burla por parte de la gente, y los novios sufrÃan una humillación muy grande. Definitivamente, no es algo que se quiera durante la alegrÃa de un nuevo matrimonio.
MarÃa, se dio cuenta de esta situación y le dice a Jesús: “Ya no tienen vino”. MarÃa le lleva a Jesús una súplica.
MarÃa les dice a los sirvientes: “Hagan lo que él les diga“. Igual, MarÃa nos dice a nosotros que hagamos que lo que Jesús nos pide.
Jesús les pide a los criados que llenen con agua seis vasijas de piedra que asemejan barriles (cada una puede contener 100 litros de lÃquido). Luego les dijo que sacaran un poco y se lo llevaran al mayordomo, es decir el criado principal de la boda. Esto sucedió después:
“En cuanto el mayordomo probó el agua convertida en vino, sin saber su procedencia, porque sólo los sirvientes la sabÃan, llamó al novio y le dijo: ´Todo el mundo sirve primero el vino mejor, y cuando los invitados ya han bebido bastante, se sirve el corriente. Tu en cambio has guardado el vino mejor hasta ahora´”.
AsÃ, Jesús realizó su primer milagro en una boda en la que habÃa cientos de invitados. De esta forma empezó su ministerio.
MarÃa NO hace el milagro. Es Jesús quien lo realiza, pero por interseción de su madre, nuestra madre, quien le lleva nuestras peticiones.