Hoy es el tercer domingo del tiempo ordinario, y la lecturas de hoy son muy interesantes, pues en ellas conoceremos cómo es que se consagró un dÃa para la lectura de la palabra y la celebración de la misa.
Primero, NehemÃas nos relata un evento que pasó casi 500 años antes del nacimiento de Jesús. Se trata de que en una ocasión, Esdras, el sacerdote de Judá, trajo el libro de la ley a la asamblea y lo leyó desde el amanecer hasta el mediodÃa, con el pueblo a su alrededor absorto a sus palabras.
“Esdras abrió el libro a la vista del pueblo, pues estaba en un sitio más alto que todos, y cuando lo abrió el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo entonces al Señor, el gran Dios, y todo el pueblo levantando las manos respondió: ´¡Amén!´, e inclinándose, se postraron rostro en tierra. Los levitas leÃan el libro de la ley de Dios con claridad y explicaban el sentido, de suerte que el pueblo comprendió la lectura”.
Muchos aspectos de la celebración de la misa se tomaron de esta imagen y se siguen hasta el dÃa de hoy. Y muchos de los pasajes del antiguo testamento fueron profecÃas de lo que se habÃa de cumplir cuando llegara Jesús a este mundo. Todo el antiguo testamento es la preparación para la llegada de Jesús.
El evangelio de hoy nos dice que Jesús fue a la sinagoga de Nazaret, y tomando el volumen del profeta IsaÃas, lo desenrolló y en medio de la asamblea leyó un pasaje que decÃa:
“El espÃritu del Señor está sobre mÃ, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación de los cautivos, y la curación de los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de la gracia del Señor”.
Con esta lectura, de casi 800 años antes, Jesús nos habla de la llegada del mesÃas, el curador, el libertador que tiene la bendición y gracia de Dios.
“Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes de la sinagoga estaban fijos en él. Entonces, comenzó a hablar diciendo: ´Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oÃr´”.
Jesús es el mesÃas, el curador, el libertador que tiene la bendición y gracia de Dios