Hoy celebramos la EpifanÃa del Señor, es decir una de las manifestaciones de Dios en nuestras vidas. Hay muchas epifanÃas escritas en la Biblia, como la aparición de los ángeles, las apariciones de Jesús, y otras. Pero la de hoy es referente a Jesús.
En la primera lectura, el profeta IsaÃas describe el nacimiento de El Salvador casi 900 años antes, de manera muy similar a la que estamos acostumbrados a ver en los nacimientos (escenas de navidad):
“Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes d eMadián y de Efá.Vendrán todos los de Sabá, trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor”.
Incienso y oro. Parte de la tradición, que por toda nuestra vida hemos escuchado:
- 3 reyes magos: aunque la Biblia no menciona cuantos son.
- Melchor, Gaspar y Baltazar: No, en ninguna parte de la Biblia aparecen sus nombres.
- Sus monturas: caballo, camello ¡y hasta elefante!
- Y sus razas, uno era europeo blanco, otro árabe, y Baltazar era ¡africano!
- Y finalmente, sus restos se encuentran en la ciudad de Colonia, en Alemania.
Todo esto es tradición, pues ni siquiera sabemos si eran reyes. Lo que sà sabemos es que eran astrólogos, que conocÃan el movimiento de las estrellas y que eran gente muy importante pues se hacÃan seguir de un gran séquito. El Evangelio de San Mateo menciona que eran magos, pero en hebreo la palabra mago también quiere decir sacerdote.
La travesÃa
Siguieron a una estrella que les iba marcando el camino. Cuando llegaron a Jerusalén y anunciaron el motivo de su llegada, Herodes se sobresalto y con él toda Judá. Y con razón, pues le avisan de que ha nacido quien en verdad le puede poner fin a su reinado.
Herodes les pide que averiguen todo lo que puedan acerca del niño y regresen a él para también ir a adorarlo. Sabemos que quiere saber exactamente el lugar y desahcerse de él.
Los magos se van de con Herodes y vuelven a ver la estrella que los iba guiando, y con mucha alegrÃa la vuelven a seguir. Encuentran al pesebre, y le hacen los ofrecimientos al niño: oro por ser rey, incienso por ser Dios, y mirra, una combinación de aceites perfumados, por ser hombre y como recordatorio de lo que le espera. La mirra se usaba en ese entonces como un unguento para los muertos.
Advertidos durante el sueño de no volver a Herodes, tomaron otro camino de regreso a sus tierras. Y nunca más volvemos a saber de ellos.
La Estrella de Belén
Se han tratado de dar muchas explicaciones a este elemento del nacimiento de Jesús: fue una estrella que explotó (super nova), fue una alineación extraordinaria de planetas, o fue simplemente un fenómeno sobrenatural.
Para muchas sectas protestantes, la estrella de Belén tiene un significado mas terrible: es un sÃmbolo del enemigo para indicar la presencia de Jesús a sus enemigos, y asà poder acabar con Él.
Por favor, no le quiten ni le pongan: lo escrito, escrito está. No lo menosprecien o le den tinte maligno como lo han hecho con otros Ãconos católicos ¡sólo por estar en desacuerdo!