La Epifanía del Señor

La Epifanía del Señor

Isaías

Is 60, 1-6

Levántate y resplandece, Jerusalén,
porque ha llegado tu luz
y la gloria del Señor alborea sobre ti.
Mira: las tinieblas cubren la tierra
y espesa niebla envuelve a los pueblos;
pero sobre ti resplandece el Señor
y en ti se manifiesta su gloria.
Caminarán los pueblos a tu luz
y los reyes, al resplandor de tu aurora.

Levanta los ojos y mira alrededor:
todos se reúnen y vienen a ti;
tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces verás esto radiante de alegría;
tu corazón se alegrará, y se ensanchará,
cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar
y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos y dromedarios,
procedentes de Madián y de Efá.
Vendrán todos los de Sabá
trayendo incienso y oro
y proclamando las alabanzas del Señor.

Salmo 71

Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Comunica, Señor, al rey tu juicio
y tu justicia, al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres
y regirá a tu pueblo justamente.

Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Florecerá en sus días la justicia
y reinará la paz, era tras era.
De mar a mar se extenderá su reino
y de un extremo al otro de la tierra.

Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Los reyes de occidente y de las islas
le ofrecerán sus dones.
Ante Él se postrarán todos los reyes
y todas las naciones.

Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Al débil librará del poderoso
y ayudará al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre
y salvará la vida al desdichado.

Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Carta del Apostol San Pablo a los Efesios

Ef 3, 2-3a. 5-6
Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.

Evangelio según San Mateo

Mt 2, 1-12
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.

Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

 

La Epifanía del Señor – Enero 8 de 2023

La Epifanía del Señor

Isaías 60, 1-6

Levántate y resplandece, Jerusalén,
porque ha llegado tu luz
y la gloria del Señor alborea sobre ti.
Mira: las tinieblas cubren la tierra
y espesa niebla envuelve a los pueblos;
pero sobre ti resplandece el Señor
y en ti se manifiesta su gloria.
Caminarán los pueblos a tu luz
y los reyes, al resplandor de tu aurora.

Levanta los ojos y mira alrededor:
todos se reúnen y vienen a ti;
tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces verás esto radiante de alegría;
tu corazón se alegrará, y se ensanchará,
cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar
y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos y dromedarios,
procedentes de Madián y de Efá.
Vendrán todos los de Sabá
trayendo incienso y oro
y proclamando las alabanzas del Señor.

Salmo 71, 1-2. 7-8. 10-11. 12-13

Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Comunica, Señor, al rey tu juicio
y tu justicia, al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres
y regirá a tu pueblo justamente.

Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Florecerá en sus días la justicia
y reinará la paz, era tras era.
De mar a mar se extenderá su reino
y de un extremo al otro de la tierra.

Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Los reyes de occidente y de las islas
le ofrecerán sus dones.
Ante Él se postrarán todos los reyes
y todas las naciones.

Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Al débil librará del poderoso
y ayudará al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre
y salvará la vida al desdichado.

Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Carta del Apostol San Pablo a los Efesios 3, 2-3a. 5-6

Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.

Evangelio según San Mateo 2, 1-12

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.

Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

 

Lecturas del Domingo 13 de Marzo de 2022: La Transfiguración

La transfiguración de Jesús
La Transfiguración, por Carl BlochSource, Public Domain, Link

Hoy es el Segundo Domingo de Cuaresma, y las lecturas del día nos hablan de dos episodios de epifanías –o sea la Manifestación Divina de Dios entre los hombres– en diferentes tiempos de la Historia Humana. Primero, escucharemos cómo se realizó la Alianza con los descendientes de Abram, y luego el Evangelio nos presentará la Transfiguración de Jesús en su verdadera escencia divina.

Génesis 15, 5-12. 17-18

En aquellos días, Dios sacó a Abram de su casa y le dijo: “Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes”. Luego añadió: “Así será tu descendencia”.

Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo. Entonces le dijo: “Yo soy el Señor, el que te sacó de Ur, ciudad de los caldeos, para entregarte en posesión esta tierra”. Abram replicó: “Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?” Dios le dijo: “Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos de tres años; una tórtola y un pichón”.

Tomó Abram aquellos animales, los partió por la mitad y puso las mitades una enfrente de la otra, pero no partió las aves. Pronto comenzaron los buitres a descender sobre los cadáveres y Abram los ahuyentaba.

Estando ya para ponerse el sol, Abram cayó en un profundo letargo, y un terror intenso y misterioso se apoderó de él. Cuando se puso el sol, hubo densa oscuridad y sucedió que un brasero humeante y una antorcha encendida, pasaron por entre aquellos animales partidos.

De esta manera hizo el Señor, aquel día, una alianza con Abram, diciendo:

A tus descendientes doy esta tierra,
desde el río de Egipto
hasta el gran río Éufrates’’.

Salmo 26, 1. 7-8a. 8b-9abc. 13-14

R. (1a) El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién voy a tenerle miedo?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién podrá hacerme temblar? R.
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
Oye, Señor, mi voz y mis clamores
y tenme compasión;
el corazón me dice que te busque
y buscándote estoy. R.
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
No rechaces con cólera a tu siervo,
tú eres mi único auxilio;
no me abandones ni me dejes solo,
Dios y salvador mío. R.
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
La bondad del Señor espero ver
en esta misma vida.
Armate de valor y fortaleza
y en el Señor confía. R.
R. El Señor es mi luz y mi salvación.

Lectura de la Carta del Apostol San Pablo a los Filisteos 3, 17–4, 1

Hermanos: Sean todos ustedes imitadores míos y observen la conducta de aquellos que siguen el ejemplo que les he dado a ustedes. Porque, como muchas veces se lo he dicho a ustedes, y ahora se lo repito llorando, hay muchos que viven como enemigos de la cruz de Cristo. Esos tales acabarán en la perdición, porque su dios es el vientre, se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse y sólo piensan en cosas de la tierra.

Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos que venga nuestro Salvador, Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso, semejante al suyo, en virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las cosas.

Hermanos míos, a quienes tanto quiero y extraño: ustedes, hermanos míos amadísimos, que son mi alegría y mi corona, manténganse fieles al Señor.

Evangelio según San Lucas 9, 28b-36

En aquel tiempo, Jesús se hizo acompañar de Pedro, Santiago y Juan, y subió a un monte para hacer oración. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes. De pronto aparecieron conversando con él dos personajes, rodeados de esplendor: eran Moisés y Elías. Y hablaban de la muerte que le esperaba en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño; pero, despertándose, vieron la gloria de Jesús y de los que estaban con él. Cuando éstos se retiraban, Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, sería bueno que nos quedáramos aquí y que hiciéramos tres chozas: una para ti, una para Moisés y otra para Elías”, sin saber lo que decía.

No había terminado de hablar, cuando se formó una nube que los cubrió; y ellos, al verse envueltos por la nube, se llenaron de miedo. De la nube salió una voz que decía: “Éste es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo”. Cuando cesó la voz, se quedó Jesús solo.

Los discípulos guardaron silencio y por entonces no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.

Doming 9 de Enero, 2022 – El Bautizo de Nuestro Señor

El Bautismo de Cristo
Bautismo de Cristo por Navarrete el Mudo. Juan Fernández Navarrete[1], Public Domain, Link
Hoy celebramos el bautizo del nuestro Señor Jesús, y prácticamente también empezamos el tiempo ordinario de la Iglesia.

Isaías 40, 1-5. 9-11

“Consuelen, consuelen a mi pueblo,
dice nuestro Dios.
Hablen al corazón de Jerusalén
y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre
y que ya ha satisfecho por sus iniquidades,
porque ya ha recibido de manos del Señor
castigo doble por todos sus pecados”.

Una voz clama:
“Preparen el camino del Señor en el desierto,
construyan en el páramo
una calzada para nuestro Dios.
Que todo valle se eleve,
que todo monte y colina se rebajen;
que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane.
Entonces se revelará la gloria del Señor
y todos los hombres la verán”.
Así ha hablado la boca del Señor.

Sube a lo alto del monte,
mensajero de buenas nuevas para Sión;
alza con fuerza la voz,
tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén.
Alza la voz y no temas;
anuncia a los ciudadanos de Judá:
“Aquí está su Dios.
Aquí llega el Señor, lleno de poder,
el que con su brazo lo domina todo.
El premio de su victoria lo acompaña
y sus trofeos lo anteceden.
Como pastor apacentará su rebaño;
llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos
y atenderá solícito a sus madres’’.

Salmo 103, 1-2ª. 2b-4. 24-25. 27-28. 29-30

R. (1) Bendice, al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía:
Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza.
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. R
R. Bendice, al Señor, alma mía.
Por encima de las aguas construyes tu morada.
Las nubes son tu carro;
los vientos, tus alas y mensajeros;
y tus servidoras, las ardientes llamas. R.
R. Bendice, al Señor, alma mía.
¡Que numerosas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con maestría!
La tierra está llena de tus creaturas.
y tu mar, enorme a lo largo y a lo ancho,
está lleno de animales pequeños y grandes. R.
R. Bendice, al Señor, alma mía.
Todos los vivientes aguardan
que les des de comer a su tiempo:
les das el alimento y lo recogen,
abres tu mano y se sacian de bienes. R.
R. Bendice, al Señor, alma mía.
Se retiras tu aliento,
toda creatura muere y vuelve al polvo.
Pero envías tu espíritu, que da vida,
y renueva el aspecto de la tierra. R.
R. Bendice, al Señor, alma mía.

Carta del Apostol San Pablo a Tito 2, 11-14; 3, 4-7

Querido hermano: La gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y Salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza. Él se entregó por nosotros para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien.

Al manifestarse la bondad de Dios, nuestro salvador, y su amor a los hombres, él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo digno de merecerlo, sino por su misericordia. Lo hizo mediante el bautismo, que nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a quien Dios derramó abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro salvador. Así, justificados por su gracia, nos convertiremos en herederos, cuando se realice la esperanza de la vida eterna.

Evangelio según San Lucas 3, 15-16. 21-22

En aquel tiempo, como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan el Bautista era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego”.

Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: “Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”.

Doming 2 de Enero, 2022 – La Epifanía del Señor

La Epifanía del Señor

Hoy celebramos la Epifanía del Señor, es decir la primera vez Dios se manifiesta entre nosotros. Jesús nace y Dios está en medio de los Humanidad. Ya no estamos solos.

Isaías 60, 1-6

Levántate y resplandece, Jerusalén,
porque ha llegado tu luz
y la gloria del Señor alborea sobre ti.
Mira: las tinieblas cubren la tierra
y espesa niebla envuelve a los pueblos;
pero sobre ti resplandece el Señor
y en ti se manifiesta su gloria.
Caminarán los pueblos a tu luz
y los reyes, al resplandor de tu aurora.

Levanta los ojos y mira alrededor:
todos se reúnen y vienen a ti;
tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces verás esto radiante de alegría;
tu corazón se alegrará, y se ensanchará,
cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar
y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos y dromedarios,
procedentes de Madián y de Efá.
Vendrán todos los de Sabá
trayendo incienso y oro
y proclamando las alabanzas del Señor.

Salmo 71, 1-2. 7-8. 10-11. 12-13

R. (cf. 11) Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio
y tu justicia, al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres
y regirá a tu pueblo justamente. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Florecerá en sus días la justicia
y reinará la paz, era tras era.
De mar a mar se extenderá su reino
y de un extremo al otro de la tierra. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Los reyes de occidente y de las islas
le ofrecerán sus dones.
Ante Él se postrarán todos los reyes
y todas las naciones. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Al débil librará del poderoso
y ayudara al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre
y salvará la vida al desdichado. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Carta a los Efesios 3, 2-3a. 5-6

Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.

Evangelio según San Mateo 2, 1-12

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.

Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

 

El Bautismo del Señor, Enero 10 2021

El Bautismo de Cristo
Bautismo de Cristo por Navarrete el Mudo. Juan Fernández Navarrete[1], Public Domain, Link
El día de hoy oficialmente termina el período Navideño. A partir del próximo domingo regresamos al tiempo ordinario del año.

Y hoy cerramos este ciclo con la segunda manifestación de Dios a los hombres. La semana pasada escuchamos acerca de la primera Epifanía del Señor con la llegada de los reyes magos que vinieron a adorar al bebé recién nacido en Belén.

Del Evangelio de San Marcos:

En aquel tiempo, Juan predicaba diciendo: “Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno a quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”.
Por esos días, vino Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Al salir Jesús del agua, vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en figura de paloma, descendía sobre él. Se oyó entonces una voz del cielo que decía: “Tú eres mi hijo amado; y yo tengo en tí mis complacencias”.

La Trinidad perfecta se presenta en el rio Jordán, con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo para dar inicio al servicio de Jesús.

La Epifanía del Señor, Enero 2021

La Epifanía del Señor

Epifanía quiere decir la Manifestación de Dios, y para nosotros se entiende como la fiesta en que Jesús toma forma humana en la Tierra y se hace presente entre nosotros. Y el reconocimiento de esta manifestación es la llegada de los magos de oriente que vienen a ofrecerle regalos y, más importante, a postrarse ante él para adorarlo.

Dice el Evangelio de San Mateo:

“Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente, llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: ‘¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo’.
“Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: ‘En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de tí saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel’.
“Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisarán el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: ‘Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo’.
“Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto, la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino”.

El significado de este evento es muy sencillo, pero a la vez muy trascendental: Un grupo de sabios de tierras lejanas vienen a Belén con regalos para un niño que acaba de nacer. Ellos no conocen a los padres, no saben en dónde está la familia, ni cómo se llaman. Están buscando al Rey de Reyes por un mensaje que recibieron en un sueño, y después por una estrella que los va guiando a donde está el niño.

El Evangelio de san Mateo dice que esto ocurre en tiempo de Herodes, gobernador de Judá. Y lo dice para dejar en claro que se trata de un evento que se puede verificar históricamente: Es cierto, Herodes gobernó al area de Judá y llevó a cabo una matanza de niños. Aunque este tipo de matanzas había sido cosa común en el pasado en contra del pueblo Judío, en tiempos de la ocupación romana resultaba dramático y aberrante… pero como los judíos eran un pueblo que causaba muchos problemas y dolores de cabeza, pues el Imperio no le dio mucha importancia.

He aquí algunas cosas a considerar de este acontecimiento:

  • Cuando los magos de oriente llegaron, debieron haberlo hecho de manera que causó tanta conmoción en la región, pues llamaron la atención del gobernador Herodes.
  • La Biblia no dice cuántos fueron, y mucho menos sus nombres. Lo que sí dice es que llevaron como regalos: oro, incienso y mirra. Por eso, la tradición dice que fueron tres reyes magos, y con el paso del tiempo hasta se les puso nombre: Melchor, Gaspar y Baltazar. Recordemos: esto es producto de la tradición cristiana de principios del cristianismo.
  • Herodes no era un tipo cualquiera. Fue proclamado Rey de los Judíos por el mismo emperador romano Marco Antonio –el que se enamoró de Cleopatra– e históricamente se le reconoce como constructor de grandes obras en la región de Judá.
    Pero era un déspota que mandó matar a miembros de su propia familia, incluyendo su esposa. Era un paranoico que llegó a tener una guardia personal de más de dos mil hombres y una policía secreta para saber qué era lo que pensaba el pueblo de su mandato. Los que lo criticaban recibían dolorosos castigos. Así pues, nos damos cuenta de que era un hombre que tenía mucho que perder y no era una persona que fuera a pensar dos veces en las medidas para protegerse.

Con estos datos en mente, veamos que los magos de oriente llegaron Judá y al ser interrogados por Herodes éste les dijo que después que adoraran al niño volvieran con él para decirle dónde estaba para también él ir a adorarlo. No lo hicieron porque fueron advertidos en un sueños que volvieran por una ruta diferente. Al mismo tiempo, San José –el padre de Jesús– fue advertido en otro sueño que Herodes quería matar al niño y debían esconderse.

Al saberse Herodes engañado, su ira fue tal que mandó matar a todos los niños menores de dos años en la región de Belén. A estos bebés que murieron por Jesús, los primeros mártires, se les conoce como los Santos Inocentes y se les recuerda el día anterior a los Santos Difuntos en Noviembre.

Todo esto ocurrió en los primeros doce días de vida de Jesús. Desde ese momento el mundo estaba cambiando y muchos sucesos, buenos y malos, se estaban gestando a su alrededor.

San José escondió a la familia en Egipto hasta la muerte de Herodes. Entonces regresaron y se establecieron en Nazaret.

Lecturas del Domingo: Enero 5, 2020 – La Epifanía del Señor

La adoración de los magos
“La adoración de los magos” por Bartolomé Esteban Murillo – JAFwsBSXui7rdg at Google Cultural Institute maximum zoom level, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=21880092

Epifanía quiere decir que Dios se hace presente, y hoy celebramos la fiesta de la primera de estas manifestaciones, con el nacimiento de Jesús. En reconocimiento de esta manifestación tenemos la narración de la llegada de los magos de oriente que vienen a ofrecerle regalos y, más importante, a postrarse ante el Niño Dios para adorarlo en reconocimiento de que se trataba de un verdadero Rey.

Dice el Evangelio de San Mateo:

“Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente, llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: ‘¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo’.
“Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: ‘En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de tí saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel’.
“Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisarán el tiempo en que se les había apareció la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: ‘Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo’.
“Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto, la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino”.

 

Lecturas del Domingo: Enero 6, 2019 – La Epifanía del Señor

Los reyes magos
Los Magos de Oriente

Epifanía quiere decir la manifestación, y para nosotros se entiende como la fiesta en que Jesús toma forma humana en la Tierra y se hace presente. Y el reconocimiento de esta manifestación es la llegada de los magos de oriente que vienen a ofrecerle regalos y, más importante, a postrarse ante él para adorarlo.

El significado de este evento es muy sencillo, pero a la vez muy trascendental. Un grupo de sabios de tierras lejanas vienen a Belén con regalos para un niño que acaba de nacer. Ellos no conocen a los padres, no saben en dónde está la familia, ni cómo se llaman. Están buscando al Rey de Reyes por un mensaje que recibieron en un sueño y después por una estrella que los va guiando a donde está el niño.

El Evangelio de san Mateo dice que esto ocurre en tiempo de Herodes, gobernador de Judá. Y lo dice para dejar en claro que se trata de un evento que se puede verificar históricamente: Es cierto, Herodes gobernó al area de Judá y llevó a cabo una matanza de niños. Aunque este tipo de matanzas había sido cosa común en el pasado en contra del pueblo Judío, en tiempos de la ocupación romana resultaba dramático y aberrante… pero como los judíos eran un pueblo que causaba muchos problemas y dolores de cabeza, pues el Imperio no le dio mucha importancia.

He aquí algunas cosas a considerar de este acontecimiento:

Cuando los magos de oriente llegaron, debieron haberlo hecho de manera que causó tanta conmoción en la región, pues llamaron la atención del gobernador Herodes.

La Biblia no dice cuántos fueron, y mucho menos sus nombres. Lo que sí dice es que llevaron como regalos: oro, incienso y mirra. Por eso, la tradición dice que fueron tres reyes magos, y con el paso del tiempo hasta se les puso nombre: Melchor, Gaspar y Baltazar. Recordemos: esto es producto de la tradición cristiana de principios del cristianismo.

Herodes no era un pelafustán cualquiera. Fue proclamado Rey de los Judíos por el mismo emperador romano Marco Antonio –el que se enamoró de Cleopatra– e históricamente se le reconoce como constructor de grandes obras en la región de Judá. Pero era un déspota que mandó matar a miembros de su propia familia, incluyendo su esposa. Era un paranoico que llegó a tener una guardia personal de más de dos mil hombres y una policía secreta para saber qué era lo que pensaba el pueblo de su mandato. Los que lo criticaban recibían dolorosos castigos. Así pues, nos damos cuenta de que tenía mucho que perder y no era una persona que fuera a pensar dos veces las medidas para protegerse.

Con estos datos en mente, veamos que los magos de oriente llegaron Judá y al ser interrogados por Herodes éste les dijo que después que adoraran al niño volvieran con él para decirle dónde estaba para también él ir a adorarlo. No lo hicieron porque fueron advertidos en un sueños que volvieran por una ruta diferente. Al mismo tiempo, San José –el padre de Jesús– fue advertido en otro sueño que Herodes quería matar al niño y debían esconderse.

Al saberse Herodes engañado, su ira fue tal que mandó matar a todos los niños menores de dos años en la región de Belén. A estos bebés que murieron por Jesús, los primeros mártires, se les conoce como los Santos Inocentes y se les recuerda el día anterior a los Santos Difuntos en Noviembre.

Todo esto ocurrió en los primeros doce días de vida de Jesús. Desde ese momento el mundo estaba cambiando y muchos sucesos, buenos y malos, se estaban gestando a su alrededor.

San José escondió a la familia en Egipto hasta la muerte de Herodes. Entonces regresaron y se establecieron en Nazaret.

 

Lecturas del Domingo: Enero 7, 2018 – La Epifanía del Señor

Los reyes magos

Primero que nada, ¿qué es Epifanía? Se trata de un acontecimiento religioso de gran importancia, y en el caso de nuestra fé católica-cristiana, es uno de los momentos en que Jesús se hace presente, se vuelve parte de nuestra condición humana.

Hoy celebramos la primera Epifanía de Jesús: su nacimiento. El evangelio nos narra cómo unos magos de oriente –a los cuales la tradición les ha dado los nombres de Melchor, Gaspar y Baltazar y que incluso les ha asignado caballo, dromedario y hasta un elefante– vinieron a ofrecer a Jesús recién nacido oro, incienso y mirra.

También escuchamos que los magos fueron orientados gracias a una estrella en el cielo que los iba guiando.

En la primera lectura, Elías –el más grande profeta del pueblo Judío– profetiza este momento con respecto a la ciudad de Jerusalén:

“Caminarán los pueblos a tu luz, y los reyes, al resplandor de tu aurora. Levanta tu ojos mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti.
“Vendrán todos los de Sabá, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor”.

Y esto es casi 800 años antes del nacimiento de Jesús.

El nacimiento de Jesús no está libre de predicamentos, pues al mismo tiempo se está gestando otro acontecimiento de terribles consecuencias: al enterarse Herodes, el prefecto de Judea, tuvo miedo pues el conocía de la profecía de Elías y pensaba que este líder acabaría con su poder.

¿Qué podía hacer el viejo? Pues la solución más fácil: matar a todos los niños menores de tres años. Esto es un evento que sucedió, pues está registrado en la historia, pero no relacionado directamente con Jesús.

Y estos pequeñines, primeros mártires por Cristo, no fueron olvidados. Son recordados en el Día de los Inocentes.