Hoy tenemos una hermosa narración del Evangelio de San Juan:
“En aquel tiempo, Jesús vio pasar a un ciego de nacimiento, y sus discÃpulos le preguntaron: ‘Maestro, ¿Quién pecó para que éste naciera ciego, él o sus padres?’. Jesús respondió: ‘Ni él pecó, ni tampoco sus padres. Nació asà para que en él se manifestaran las obras de Dios. Es necesario que yo haga las obras del que me envió mientras es de dÃa, porque llega la noche y ya nadie puede trabajar. Mientras esté en el mundo, yo soy la luz del mundo’.
“Dicho esto, escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, se lo puso en los ojos al ciego y le dijo: ‘Ve a lavarte enla piscina de Siloé’ (que significa Enviado). Él fue, se lavó y volvió con vista.
“Entonces los vecinos y los que lo habÃan visto antes pidiendo limosna, preguntaban: ‘¿No es éste el que se sentaba a pedir limosna?’ Unos decÃan: ‘Es el mismo’. Otros: ‘No es él, sino que se le parece’. Pero él decÃa: ‘Soy yo’. Y le preguntaban: ‘¿Cómo se te abrieron los ojos?’ Él les respondió: ‘El hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo puso en los ojos y me dijo: ‘Ve a Siloé y lávate’. Entonces fui, me lavé y comencé a ver’.
“Llevaron entonces a los fariseos al que habÃa sido ciego. Era sábado el dÃa en que Jesús hizo lodo y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaron cómo habÃa adquirido la vista. Él les contesto: ‘Me puso lodo en los ojos, me lavé y veo’. Algunos de los fariseos comentaban: ‘Ese hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado’. Otros replicaban: ‘¿Cómo puede un pecador hacer semejantes prodigios?’ y habÃa una división ente ellos. Entonces volvieron a preguntarle al ciego: ‘Y tú, ¿qué piensas del que te abrió los ojos?’ él les contestó: ‘Que es un profeta’.
“Pero los judÃos no creyeron que aquel hombre, que habÃa sido ciego, hubiera recobrado la vista. Llamaron, pues, a sus padres y les preguntaron: ‘¿Es este su hijo, del que ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?’ Sus padres contestaron: ‘Sabemos que éste es nuestro hijo y que nació ciego. Cómo es que ahora ve o quién le haya dado la vista, no lo sabemos. Pregúntenselo a él; ya tiene edad suficiente y les responderá’. Los padres del que habÃa sido ciego dijeron esto por miedo a los judÃos, porque éstos ya habÃan convenido en expulsar de la sinagoga a quien reconociera a Jesús como el MesÃas. Por eso sus padres dijeron: ‘Ya tiene edad; pregúntenle a él’.
“Llamaron de nuevo al que habÃa sido ciego y le dijeron: ‘Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador’. Contestó él: ‘Si es pecador, yo no lo sé; sólo sé que yo era ciego y ahora veo’. Le preguntaron otra vez: ‘¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?’ Les contestó: ‘Ya se lo dije a ustedes y no me han dado crédito? ¿Para qué quieren oÃrlo otra vez? ¿Acaso también ustedes quieren hacerse discÃpulos suyos?’ Entonces ellos lo llenaron de insultos y le dijeron: ‘DiscÃpulo de ése lo serás tú. Nosotros somos discÃpulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios. Pero ése, no sabemos de dónde viene?’.
“Replicó aquel hombre: ‘Es curioso que ustedes no sepan de dónde viene y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores pero al que lo teme y hace su voluntad, a ése sà lo escucha. Jamás se habÃa oÃdo decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si éste no viniera de Dios, no tendrÃa ningún poder’. Le replicaron: ‘Tu eres puro pecado desde que naciste, ¿cómo pretendes darnos lecciones?’ Y lo echaron fuera.
“Supo Jesús que lo habÃan echado fuera, y cuando lo encontró le dijo: ‘¿Crees tú en el Hijo del Hombre?’ Él contestó: ‘¿Y quién es, Señor, para que yo crea en él?’ Jesús le dijo: ‘Ya lo has visto; el que está hablando contigo, ése es’. Él dijo: ‘Creo, Señor’. Y postrándose, lo adoró.
“Entonces le dijo Jesús: ‘Yo he venido a este mundo para que se definan los campos: para que los ciegos vean, y los que ven queden ciegos’. Al oÃr esto, algunos fariseos que estaba con él preguntaron: ‘¿Entonces también nosotros estamos ciegos?’ Jesús les contestó: ‘Si estuvieran ciegos, no tendrÃan pecado; pero como dicen que ven, siguen en su pecado'”.