Hoy es el cuarto domingo de cuaresma, prácticamente es la mitad de la misma. ¡Cómo pasa el tiempo rápido!
Las lecturas de hoy tienen una relación muy especial, pues nos hablan de cómo hasta las personas más buenas se pueden corromper fácilmente. Primero, el libro del Éxodo nos relata que cuando Moisés subió al monte Sinaà para hablar con Dios estuvo ahà por cuarenta dÃas y cuarenta noches (interesante el numerito) le fue dada La Ley, o sea los artÃculos con los cuales se regirÃa el pueblo de Israel, que acababa de ser liberado de la opresión de los egipcios.
Luego, el Evangelio nos dice que la gente que estaba en el Templo fueron desalojados por Jesús de manera violenta, a golpes y latigazos. Hablaremos de esto en otra ocasión. Hoy nos concentraremos en los Diez Mandamientos.
Interesante saber que los primeros tres artÃculos de la Ley están escritos para la relación con Dios, y los restantes siete para la relación entre todos nosotros. ¿Porqué de esta manera?, ¿No deberÃa ser al revés, más leyes para amar a Dios y menos para entre nosotros? Desafortunadamente, no.
Seguir al pie de la letra los 10 mandamientos es verdaderamente difÃcil, pues involucra renunciarse a uno mismo. Sin embargo, no seguirlos, nos llevarÃa por completo al caos. Dios quiere para Él nuestro amor, que nos amemos los unos a los otros y que respetemos un dÃa a la semana para santificar su nombre. ¿Es mucho pedir todo esto?
El pueblo de Israel era de cabeza muy dura, pero la situación actual no es del todo diferente. Seguimos haciendo Ãdolos de muchas cosas, especialmente el dinero y los placeres. Creo que no es necesario ni hablar del amor al prójimo, con tantas guerras y muerte. Y en cuanto a santificar el domingo o Sabbath, recordemos cómo mucha gente se olvida de que éste debe ser un dÃa de descanso dedicado a Dios. No es un dÃa para seguir buscando dinero, trabajando extra, o seguir metido en la pantalla haciendo las cosas para ganar más y más.
El domingo es dÃa para asistir a misa y pasarlo con la familia, creciendo espiritualmente y hasta en conocimiento y mente.
Honra a tu padre y tu madre. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás falso testimonio. Y no codiciarás nada de tu prójimo.
Cuando Moisés bajo del pueblo con las tablas de la Ley, lo que encontró fue que el pueblo habÃa hecho un becerro de oro y lo estaban adorando, quebrando inmediatamente la primera ley. La furia de Moisés fue tan grande que muchos de los fiesteros fueron matados por los asistentes de Moisés, quien volvió a subir al monte por otros cuarenta dÃas con sus cuarenta noches…. Pero esta vez, para pedir perdón a Dios por las faltas del pueblo.