Hoy es el trigésimo domingo del tiempo ordinario, y en el Evangelio de San Mateo escucharemos la lección que resume todas las leyes de las Sagradas Escrituras: la clave de la verdadera Salvación:
En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús habÃa dejado callados a los saduceos, se acercaron a Él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?”.
Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la Ley y los profetas”.
¡Tan sencilla es la regla para la Salvación!
No cabe duda que Dios nos ha puesto fácil el camino a su Reino. Si en verdad tú amas a Dios, no lo tentarás, ni tratarás de cometer ningún acto que lo ofenda, como la mentira, el robo, la infidelidad, o la muerte a otros.
Y si a eso le sumas lo mismo, pero con el prójimo, pues en realidad tendremos al Paraiso aquà mismo en la Tierra.
Tengamos en mente siempre: Depende completamente de nosotros si queremos vivir en un Paraiso o un infierno.