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Lecturas del Domingo: Julio 31, 2016 – La avaricia y la perdición

Parábola del Hombre Rico
Parábola del Hombre Rico, por Rembrandt – www.uni-leipzig.de : Home : Info : Pic, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5812686

Esta semana, la primera lectura y el Evangelio nos hablan de uno de los principales problemas de la Humanidad: la avaricia.

Nos dice el libro del Eclesiastés que todo es ilusión, que no debemos enfocar nuestra vida a sólo estar buscando dinero o poder. ¿De qué sirve matarse toda la vida en ganar y ganar dinero?

Ojo y mucho cuidado. La Sagrada Escritura no está diciendo que no debemos trabajar, sino que no debemos perder de vista lo que es realmente importante: la familia y el amor.

Y es que estos son valores universales que no sólo corresponden a los católicos, sino que toda persona, de cualquier religión –y hasta los ateos– debemos estar de acuerdo. Podemos decir que hasta nos unen.

En el Evangelio, Jesús nos trae a cuentas la parábola del hombre rico. Se trata de una persona que ha trabajado toda su vida duramente, y en una de las actividades más fuertes: la cosecha. Hasta ese momento su trabajo le ha dado muchos frutos, pues tiene ya dos graneros llenos y aún viene más cosecha.

El hombre está pensando en destruir los graneros y hacer unos más grandes para poder ahí meter todo su nuevo tesoro, y poder así dedicarse a descansar, comer, beber, y darse la buena vida.

Destruir los graneros. Hacer nuevos y acumular, acumular. ¿No es más fácil hacer unos nuevos sin destruir los anteriores?

Pero Dios le dice:

“¡Insensato! Esta misma misma noche vas a morir. ¿Para quien serán todos tus bienes?”

Cuántos millonarios no sabemos que se dedicaron toda su vida a trabajar en negocios que les dieron mucho dinero, pero que siempre estaban metidos en sus oficinas, día y noche trabajando.

Yo recuerdo cómo una familia de descendencia libanesa abrieron dos tiendas departamentales en mi ciudad natal, y cuando pasábamos por sus oficinas mi mamá me decía: “Mira, ahí están los dueños; todo el día trabajando, contando dinero, firmando papeles, haciendo facturas”.

Y a ellos les gustaba ser vistos en esas condiciones.

Pero, al final murieron. Y los hijos, que en realidad nunca habían trabajado como ellos, fueron los que se quedaron con las fortunas y en poco tiempo se las acabaron.

“Hay quien se agota trabajando y pone en ello todo su talento, su ciencia y su habilidad; y tiene que dejarlo todo a otro que no lo trabajó. Esto es vana ilusión y gran desventura.” Eclesiastés 1,2: 21-23.

 

Lecturas del Domingo: Julio 24, 2016 – Pide y se te dará

Abraham observa la destrucción de Sodoma
Abraham observa la destrucción de Sodoma

La primera lectura de hoy es la continuación de la semana pasada en la que tres personas visitan a Abraham y le hacen una prediccción acerca del poco probable nacimiento de su hijo. Después del episidio, los tres visitantes se van a la ciudades de Sodoma y Gomorra, tristmente celebres por su decadencia, vida desenfrenada, y proclive a todos los excesos.

Dios le dice a Abraham que, por sus pecados, estas dos ciudades van a ser destruídas. Pero Abraham le pide a Dios que considere su acción. ¿Qué tal si en la ciudad viven 50 justos?, ¿Merecen ellos la misma suerte de los pecadores? Dios le asegura que si hay 50 no la destruirá. Entonces Abraham comenzará a regatear el número de justos: 45, 40, 30, 20, y finalmente 10. Dios le asegura que no destruirá Sodoma si hay 10 justos.

Lo interesante del relato es cómo Abraham se atreve a hablarle a Dios, a enfrentarlo directamente con una petición. Pero no lo hace altaneramente, sino de manera sencilla y huminde:

Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza

Durante toda la historia escucharemos a Abraham pedir una y otra vez que considere el castigo en base al número de buenas personas que viven en la ciudad. La descripción suena hasta divertida, chistosa. Pero la enseñanza es crucial para todos nosotros.

Pidan y se les dará.

Jesús, en el Evangelio del día nos dice:

Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá

Yo recuerdo en mi experiencia profesional, una persona de una secta Evangélica me comentó: “Ustedes los católicos tienen el problema de constantemente estar pidiendo a Dios. Eso lo enoja. Es sólo cuestión de pedir una sola vez y no molestarlo”.

El Amigo Importuno a Medianoche
“El Amigo Importuno a Medianoche”, por Phillip Medhurst – Photo by Harry Kossuth, FAL, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=7550704

¡Cuán equivcado está este tipo! El relato menciona la parábola de amigo que le pide a otro que le de algo de comer y beber pues le llegó visita a media noche. El amigo ya está acostado, molesto porque el otro le interrumpe su descanso. Jesús nos dice:

“Si el otro sigue tocando, Yo les aseguro que, aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su melesta insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite”

¡Pide, pide, pide con oración y con todo tu corazón. Dios te escuchará y te dará cuanto necesites!

Lecturas del Domingo: Julio 17, 2016 – ¡Marta, Marta, Marta!

Martha and Mary
Jesús en la casa de Marta y María. By Johannes VermeerfwE2zem7WDcSlA at Google Cultural Institute maximum zoom level, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=21865869

Primero, el relato de Abraham

Abraham y los tres visitantesEn esta primera lectura escuchamos como Abraham recibe a tres visitantes. Él sabe que no se trata de personas cualquiera, y que él está en presencia divina.

Muchos estudios dicen que son ángeles. Sin embargo, Abraham hace algo que nos dejará en claro quiénes son:

“Al verlos, se dirigió a ellos rápidamente desde la puerta de la tienda, y postrándose en tierra les dijo: Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que no pases junto a mí sin detenerte”.

Son tres personas, y él les llama “Señor mío”. Se trata de la Santísima Trinidad y Abraham lo sabe bien. De ellos recibirá una gran noticia: que su esposa Sara tendrá un niño el próximo año. Abraham y Sarah son viejos de 80 años. Sara escucha lo que sucede y se rie para sí, pensando en lo ridículo de esa profecía. El trio la amonesta diciéndole: “Nada es imposible para Dios“.

El relato de Marta y María

Este pasaje es hermoso e interesante. Jesús y todos los discípulos llegan a casa de María y Marta, dos hermanas que vivien juntas. Mientras el Señor predica la palabra, María se sienta a sus pies escuchándolo atentamente. Marta, por su parte, está ocupada sirviendo a los demás y en otros quehaceres de la casa. Llega un momento en que no aguanta más y le dice a Jesús: “Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Díle que me ayude”.

A veces, ¿no sientes como que se te deja todo a tí?, ¿no has pensado en ocasiones que es injusto cómo otros sólo se sientan a hacer otras tareas sencillas y tu estás todo ocupado(a)?

Jesús tiene la respuesta correcta: “Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará“.

No juzguemos a Marta. Alguien tiene que hacerse cargo del quehacer y del servicio. Y lo más importante: ella sí está poniendo atención, pero se ha sobrecargado de tareas y solita se está llenando de tensión y problemas.

¿Cómo sabemos que está poniendo atención? Más adelante, cuando el hermano de Marta y María, Lázaro, venga a escena, Marta le dirá a Jesús: “Tu eres resurrección y la vida“.

Sin duda, una lección bien aprendida.

Lecturas del Domingo: Julio 10, 2016 – El buen Samaritano

El buen samaritano
By Jan Wijnantshttp://www.hermitagemuseum.org/wps/portal/hermitage/digital-collection/01.+Paintings/46144, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4088414

Mucho que aprender de la parábola que ahora nos ofrece Jesús en el Evangelio de hoy. Todos hemos escuchado el relato del viajero que, caminando de Jericó a Jerusalén, es asaltado y dejado medio muerto a la orilla del camino. Pasa un sacerdote y no hace nada con el pobre tipo tirado en el camino. Luego pasa un levita –un hombre experto en la Ley de Moisés– y también ignora al infeliz. Finalmente pasa un samaritano, que no sólo ayuda el pobre tipo, lo lleva hasta un mesón, cura sus heridas, lo lava, y le paga al dueño del lugar para que lo siga cuidando.

Jesús luego pregunta: “¿Cuál de estos tres se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones?

Para todos nosotros es obvio quién se sacó el primer lugar, el samaritano. Sabemos que debemos portarnos bien y debemos ayudar a los demás. Nosotros tenemos la dicha de vivir más de 2000 años después del nacimiento de Jesús y sabemos sus doctrinas desde pequeños. Pero, en el tiempo de Cristo, todas estas enseñanzas son nuevas, y hasta escandalosas.

Los samaritanos

Esta parábola cobra mucha resonancia cuando comenzamos a entender a los protagonistas. Los samaritanos es un grupo de gente que vive en la región de Samaria, cerca de Jerusalén. Ellos dicen que son descendientes legales de una de las 12 tribus originales de Israel, y por lo tanto miembros de la misma alianza de los Judíos con Dios.

Por su parte, los Judíos en ese tiempo odian a los samaritanos. Los delcaran impuros y no los reconocen como descendientes de Abraham, por lo tanto no son miembros de la alianza.

Los odio entre los dos grupo llegaron al máximo unos cien años antes del nacimiento de Jesús, cuando un grupo de samaritanos entró a templo sagrado de los judios en Jerusalén, y arrojó restos humanos, haciéndolo impuro.

¿Te das cuenta de cómo ha de ser el odio entre los dos pueblos? Ahora imagínate a Jesús decirle a los judios que ni el sacerdote, ni el levita son buenos, sino ¡un samaritano! y que deben amar a su prójimo, representado por ¡un samaritano!

Los escuchas están asombrados y escandalizados. Pero la lección va más allá de sólo hablar de los dos grupo étnicos.

  • El problema no es Dios. Todos queremos a Dios, eso no cabe duda.
  • El problema no es rezar. Todos sabemos rezar y lo hacemos de noche, golpeándonos el pecho.
  • El problema no es dar el diezmo. ¡Ah como duele! pero al final lo damos.

No señor, nada de eso es el problema. El problema es EL PROJIMO.

  • El problema es el asesino.
  • El problema es el ladrón que te dejó sin nada.
  • El problema es tu pareja abusón o abusona.
  • El problema son los compañeros de trabajo a los que no les caes bien y que todos los días te están haciendo la vida de cuadritos.
  • El problema es el malo que te hace daño.

Todos ellos, y muchos más, son tus prójimos.

El doctor de la ley le preguntó a Jesús: “Maestro, qué debo hacer para conseguir la vida eterna”…”amarás a Dios con todas tus fuerzas, y al prójimo como a tí mismo”

 

 

 

Lecturas del Domingo: Junio 26, 2016 – Sígueme

Elías y Eliseo
Elías y Eliseo

Las lecturas de hoy tienen una conexión bien linda entre la vida de los antiguos profetas y las revelaciones del nuevo testamento.

El la primera lectura –Primer Libro de los Reyes– Elías es mandado por Dios a buscar un sucesor. Hemos estado hablando de Elías en las últimas semanas, y sabemos que él es considerado el más grande de los profetas por el pueblo Judío. Pero él ya está viejo y cansado, y Dios le ha ordenado que busque a Eliseo, el hijo menor de Safat, y lo nombre el sucesor.

En el ralato están escritas unas simbologías muy interesantes:

  • Eliseo está arando las tierras, lleva la última de las doce yunta de bueyes. Doce es un número perfecto, que en este caso simboliza a las doce tribus de Israel.
  • Elías se quita su manto y se lo pone a Eliseo, imponiéndole todas las potestades de su puesto, pero también todas las responsabilidades. Ahora bien, este no es un manto cualquiera, pues con el más adelante Elías partirá las aguas del rio Jordán, similar a lo que hizo Moisés.
  • Eliseo pide permiso para despedirse de su padre. Con una amonestación, Elías lo permite. Cuando regresa, Eliseo mata a lo bueyes y con el collar del arado de los animales hace una hoguera para inmolarlos y ofrecerlos como sacrificio a Dios. ¿Qué tiene esto de interesante? Pues que con este acto Eliseo no ve para atrás pues está destruyendo su fuente de trabajo. De esta forma le indica a Dios que él está completamente a su servicio.

Luego viene el Evangelio, con algo similar.

Jesús se topa a algunos hombres y les dice que lo sigan. Ellos le responden:

  • El primero: “Te seguiré a donde vayas“, Jesús le dice:  “Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza“. Esto quiere decir que Herodes, el administrador del pueblo Judío, era conocido como el Zorro, por su astucia. Los pájaros de los que Jesús habla son las águilas, es decir: los romanos que tienen oprimido al los judíos.
  • El segundo: “Sí, pero primero déjame enterrar a mi Padre“. Cuando Dios nos llama, no le respondas con condiciones: “Sí, pero primero…
    “Deja que lo muertos entierren a los muertos”. Todo aquel que escucha y sigue la Palabra de Dios vive. Los demás símplemente están muertos.
  • El último: “Te seguiré Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia“. ¡Otra vez la yunta al buey! De nuevo le ponemos condiciones a Dios, “Sí, pero“.
    Ahora Jesús responderá: “El que empuña el arado y mira para atrás, no sirve para el Reino de Dios“. ¡Ajá! Ahí está la conexión con la primera lectura. Eliseo destruyó su yunta y sacrificó a los bueyes, es decir no vuelve la vista para atrás pues está deshaciéndose de su fuente de empleo, de su trabajo, de su vida.

Por favor, cuando recibas el llamado de Dios en cualquiera de sus formas, no le pongas condición.

Lecturas del Domingo: Junio 19, 2016 – ¿Quién dicen que soy?

Jesús y Pedro
Jesús y Pedro

Este XII domingo ordinario marca dos importantes eventos de la historia bíblica: el primero se refiere a Pablo, quien declara que con la resurrección de Jesús el reino de Dios ya no es sólo “propiedad” de los judíos, sino de todos nosotros.

“Todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues cuantos han sido incorporados a Cristo por medio del bautismo, se han revestido de Cristo. Ya no existe diferencia entre Judíos y no judíos, entre esclavos y libres, entre varón y mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús. Y si ustedes son de Cristo, son también descendientes de Abraham y la herencia que Dios le prometió les corresponde a ustedes”.

¿Quién dicen que soy?

El segundo evento ocurre cuando Jesús se lleva a parte a los discípulos y les pregunta quién dice la gente que es Él. Ellos le responden que unos dicen que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que algún otro profeta.

Ahora, piensa que ellos mismos no saben quién es realmente Jesús. Los apóstoles lo han estado siguiendo durante sus enseñanzas, pero todavía tienen dudas. Para nosotros es fácil decir quién es Jesús, pero para ellos la Verdad aun no ha sido revelada.

Ahora, Jesús les pregunta directamente: Y ustedes, ¿quién dicen que soy?

Pedro se delanta y le dice confiadamente: “El Mesías de Dios“.

Ningún otro apostol lo hace sino Pedro. El está convencido de esto y más tarde se le recompensará, pues esta verdad no se la dicho nadie, sino que el mismo Dios se la ha revelado en su corazón y él la ha aceptado.

A muchos de nosotros se nos hacen revelaciones, y el mismo Dios es quien nos las da a conocer. Y aún así nos rebelamos y nos queremos hacer sordos o ciegos. Pedro es nuestro ejemplo a aceptar con corazón abierto las revelaciones de Dios.

Lecturas del Domingo: Junio 12, 2016 – Arrepentimiento

Prostituta lava los pies a Jesus con sus lagrimas
Prostituta lava los pies a Jesus con sus lagrimas

Este es el Domingo del Arrepentimiento. Hoy conocemos cómo el profeta Natán regaña a David, quien a pesar de haber sido convertido en rey y contar con todas las mujeres y riquezas del monarca anterior (Saúl), se enamora de la mujer de su más cercano general, Urías. Y todavía encima de eso, ¡lo manda matar!

Natán le reclama dos veces esta acción. Decir una vez las cosas es una amonestación. Decirla dos veces es un regaño muy grande. Tres veces es lo más grave.

Pero he aquí que David, sinceramente se arrepiente y clama: “¡He pecado contra el Señor!“.

Pedir perdón de palabra es algo sencillo. Pero, hacerlo sinceramente, de corazón, es algo muy difícil. Podemos engañar a nuestras parejas, a nuestros amigos, en nuestro trabajo. Pero seamos claros: a Dios no se le engaña. Él está en tí, en tu corazón. El sabe muy bien lo que estás pensando y lo que está pasando.

El verdadero arrepentimiento sana, elimina la el daño de la culpa. Lo malo que hacemos no sólo se queda en nuestro interior, lo pudre y lo va dañando poco a poco. Al arrepentirte a Dios, Él te libera de la mala semilla. Al fingir que estás arrepentido no sacas la mala yerba, y sólo la vas dejando que crezca.

El otro ejemplo de hoy es el de la prostituta que lava los pies de Jesús. Nuestro Señor llega a la casa de un fariseo que lo ha invitado a comer. La prostituta entra y le lava los pies con sus lagrimas, los besa, y los seca con sus cabellos.

Ella entró a la casa sin miedo a ser criticada o señalada. Entra con sincero arrepentimiento de sus obras, como lo demuestran sus lágrimas, y con la humildad que la vergüenza por sus actos le causa.

Jesús nos da una reflexión: quién ha pecado mucho, y se arrepiente genuinamente, ama mas que aquel que poco ha pecado. Y es un mensaje que se repetirá muchas veces en los evangelios: los más despreciados, ya sea por sus pecados, condiciones económicas, o enfermedades, serán los que reciban las mayores recompensas.

Finalmente, Jesús le dice a la mujer: “Tus pecados te han sido perdonados“.

 

 

Lecturas del Domingo: Junio 5, 2016 – Resucitar a los muertos

Elías resucitando al hijo de la viuda
“Elías resucitando al hijo de la viuda”, por Louis Hersenthttp://www.bridgemanartondemand.com/art/144259/Elijah_Resuscitating_the_Son_of_the_Widow_of_Sarepta, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8338339

Después de la cuaresma y Pentecostés, hoy retomamos el tiempo ordinario. Las lecturas del día de hoy se basan en uno de los mayores milagros que cualquiera puede presenciar: la resucitación de un ser querido.

Elías, en la primera lectura, se ha estado quedando con una viuda pobre, que junto con su hijo, estaba a punto de morir de hambre. Gracias a la presencia del Profeta –Elías es considerado por el pueblo judío como el profeta más grande– la comida no se acaba. Desafortunadamente, el hijo de la viuda muere, y ella le reclama de manera amarga por la muerte del pequeño.

Elías toma al niño, lo lleva a otra alcoba, implora a Dios por la vida del muchacho, y lo cubre con su cuerpo tres veces, con lo que el pequeño resucita.

En el Evangelio de hoy, Jesús y sus discípulos ven como afuera de la ciudad de Naím sacan a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda pobre. Fíjate que son dos relatos con personajes similares: viudas pobres que lo han perdido todo, y ahora a sus hijos también. Esta parte ha sido importantemente resaltada para presentar el pueblo Judío que Jesús está a la altura de Elías (obviamente sabemos que es alguien mucho mayor), pero las escrituras tienen que ir convenciendo a los descendientes de Abraham poco a poco de la estatura del Hijo de Dios.

Jesús también resucita al muchacho y se lo entrega a la viuda. Ahora, este milagro no sólo lo presencia una persona, sino todos los que iban en el sepelio y los discípulos. La lectura nos dice que todos se llenaron de miedo –entendible, puesto que los presentes ven a un muerto revivir– pero lo más importante es que la noticia empezó a correr a más pueblos.

Jesús resucitará a más personas, culminando con su amigo Lázaro, y así no dejará duda de su lugar en el Trono de Dios.

Lecturas del Domingo: Mayo 29, 2016 – Corpus Christi

La multiplicación de panes y pescados
By Bernardo Strozzi – http://www.1st-art-gallery.com/Bernardo-Strozzi/The-Miracle-Of-The-Loaves-And-Fishes.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8151360

Hoy recordamos el milagro de la multiplicación de los panes y pescados para recordarnos que el Cuerpo de Cristo somos todo los que formamos su Iglesia.

Jesús se puso a predicar a una gran multitud, y en un determinado momento los discípulos le piden que despida a la gente, pues el lugar está muy apartado de la ciudad y es posible que las condiciones se pongan muy difíciles pronto, pues se habla de miles de hombres.

Unas versiones mencionan 4,000 hombres, y el Evangelio de Juan menciona 5,000. Pero piensa que por cada hombre hay una mujer y tal vez un niño o niña. Pues hablamos ahora de casi 15,000 almas.

No hay comida. Jesús ordena que les den de comer, pero sólo hay 5 panes y dos pescados. Cuando se los traen, y después de dar gracias, comenzó a partir los panes y los pescados. Y todos comieron hasta saciarse, al grado de que hasta sobraron doce canastos. (Como nota aparte, 12 es uno de los números perfectos de la numerología).

Los milagros de la multiplicación de comida no son nuevos en la Biblia. El profeta Elías multiplicó el pan de la pobre viuda que le dio alojamiento, y así evitó que muriera de hambre con su hijo. Eliseo, el sucesor de Elías, lo hizo también, pero para alimentar a 100 personas.

¡Pero Jesús alimentó a más de 10,000! ¿Qué quiere decir esto? Para la gente del tiempo de Jesús, Elías representaba al más grande de los profetas, y lo ponían a la altura de Moisés. Cuando Nuestro Señor realiza el milagro para miles, a todos les queda claro que Jesús, no es un profeta mas. Si nos ponemos a pensar en la mentalidad de aquellos tiempos, y con la poca información que tenían, pues la idea que se estaba formando era de que este nuevo Jesús es alguien más importante.

Poco a poco conocerán que, en realidad, es el Hijo de Dios.

Apocalipsis – Parte II

Orthodox-Apocalypse-Fresco

Juan, desolado en la Isla de Patmos, tiene un encuentro inesperado:

Me volví para ver quién me hablaba. Detrás de mí había siete candeleros de oro, y en medio de los candeleros vi como a un hijo de hombre vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies, y un cinturón de oro a la altura del pecho“.

Muchos estudiosos dicen que Juan está en prescencia de un angel; sin embargo, el concenso general es que se trata de Jesús.

Siete candeleros de oro. El número 7, uno de los números perfectos, site se repetirá muchísimas veces en el Apocalipsis, pero en esta ocasión representa a 7 candeleros, igual que la menorah, una de las más importantes lámparas del pueblo judio, reafirmando la herencia de este pueblo para la naciente religión cristiana.

By ariely - The Temple Institute, Jewish Quarter, Jerusalem., Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3078706
By ariely – The Temple Institute, Jewish Quarter, Jerusalem., Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3078706

Luego viene una descripción un poco extraña de la persona que le está hablando:

Su cabeza y sus cabellos son blancos, como la lana blanca, como la nieve

El está hablando como la mayoría de la gente entenderá, en términos sencillos y humildes, especialmente hablando como los pastores.

Sus ojos parecen llamas de fuego” — Esto quiere decir que son penetrantes, a los que no se les escapa nada y de los que nada puede quedar oculto. Recuerda, Juan está mandando un mensaje al pueblo que se le está descarriando y hay que recordarles que nada está oculto para Dios.

Sus pies son como bronce pulido acrisolado en el horno, su voz resuena como un estruendo de grandes olas. En su mano derecha tiene siete estrellas.” — otra vez, el número siete– “de su boca sale una espada aguda, de doble filo” — esto indica que su mensaje no viene sencillo, sino que va a ser divisorio en ambos lados, tanto para los buenos como para los malos–  “y su cara brilla como el sol cuando está en su máximo esplendor“.

En este último punto, si pensamos que Juan está frente a un ser extraordinario, divino, debemos entender que se trata de alguien fuera de lo común. Y en todas las descripciones de este tipo de seres en todas las culturas y épocas –incluyendo hoy en día a los extraterrestres– tenemos que en común se usan los términos de resplandecencia, brillo, luz.

Al verlo cai como muerto a sus pies; pero me tocó con la mano derecha y me dijo: ‘No temas, soy yo, el Primero y el último, el que vive. Estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la Muerte de su reino’.”

Ahora sí sabemos de quién se trata. De Jesús. Pero, ya no en la forma en que estamos acostumbrados a escuchar de El; sino en una manera que nos quiere decir que ya ha trascendido, ya no sigue siendo la figura humana que se presentó en los evangelios.

Jesús comenzará a explicarle qué quieren decir las siete estrellas y los siete candeleros. Aquí es donde empieza el mensaje.