Lecturas del Domingo: Agosto 26, 2018 – Palabras de Vida Eterna

San Pedro y Jesús
San Pedro y Jesús, por François BoucherUnknown, Public Domain, Link

La semana pasada Jesús escandalizó a los líderes del pueblo judío al decirles:

“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida”.

Y comentábamos que esa declaración causó un un terrible furor con los mencionados jefes del pueblo porque no entendían el mensaje que Jesús les estaba dando, y esto era porque el Espíritu Santo –en forma de Sabiduría– no estaba en ellos todavía. Pero todo esto iba a cambiar después de la resurrección de nuestro Señor. Mientras tanto, la duda y la ignorancia seguían.

Pero hoy, el Evangelio nos dice que la duda llegó hasta el mismísimo centro de los seguidores de Jesús cuando les dijo:

“Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”.

Muchos de los seguidores se enojaron con él. Empezaron a murmurar y hasta tratar de amonestarlo: “Ese modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?“. Y una gran cantidad de ellos se echaron para atrás y ya no querían andar con él.

¿Piensas que esto entristeció a Jesús? ¿Crees tu que nuestro Señor se destrozó por esta pérdida? Dice la lectura que, en efecto, Jesús sabía desde el principio quienes no creían y quién lo había de traicionar. Pero la clave era que el Espíritu Santo aún no habitaba en los corazones de los incrédulos. Incluso después de la resurrección, muchos de ellos no tendrían la oportunidad de refrendarse con Jesús, a pesar de todos los acontecimientos venideros.

Volviendo al relato inicial, después del éxodo masivo de los seguidores, Jesús les preguntó directamente a los doce discípulos –los primeros elegidos:

“¿También ustedes quieren dejarme?”

Y Pedro respondió de la manera más humilde, más sencilla, y más humana:

“Señor, ¿a quién iremos? Tu tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tu eres el Santo de Dios”.

Pedro, en su humildad humana, con el corazón humano, con el espíritu humano, reconoce a Jesús como el verdadero Santo de Dios. Esto sale directamente de su alma, de su ser.

Así es, nuestra alma sin la presencia de Dios Padre, Dios Hijo, o Dios Espíritu Santo, ¿a quién irá?

 

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Oscar Editor

Oscar es el editor de NosRodea.com

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