Al Evangelio de esta semana se le conoce como el del buen pastor, y nos dice:
“Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás. Nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y Él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno”
En las lecturas de hoy, escuchamos que el profeta Ezequiel hace mención a los rebaños de ovejas y de cómo el pastor es el lÃder que las cuida y vela por ellas. Asà mismo, Jesús nos dice en el Evangelio de hoy, hablándole a los discÃpulos:
“Cuando venga el Hijo del Hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante Él todas las naciones, y Él apartará los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha, y a los cabritos a su izquierda”.
Hasta aquÃ, es la imagen que siempre hemos tenido de los buenos a un lado y los malos al otro. Sin embargo, pongamos atención que originalmente Jesús está hablando de Él mismo (el Hijo del Hombre), pero ahora cambiará a tercera persona:
“Entonces dirá el rey a los de su derecha: ´Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del mundo´”.
“Porque estuve hambriento, y me dieron de comer. Sediento, y me dieron de beber. Era forastero, y me hospedaron. Estuve desnudo, y me vistieron. Enfermo, y me visitaron. Encarcelado y fueron a verme.”
“Los justos le contestaron entonces: ´Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento y tedimos de comer? ¿Sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos? ¿O desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vismos enfermo? ¿O encarcelado, y te fueimos a ver?´ Y el rey les dirá: ´Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron?”
¿Cuál es la clave de la enseñanza de Jesús? Se trata de la misericordia, la ayuda y compasión por los demás que no se queda sólo en buena intención.
“¡Apártense de mÃ, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles.”
Y volverá a presentar la lista anterior, pero en forma negativa:
“Porque estuve hambriento, y NO me dieron de comer. Sediento, y NO me dieron de beber. Era forastero, y NO me hospedaron. Estuve desnudo, y NO me vistieron. Enfermo, y NO me visitaron. Encarcelado y NO fueron a verme.”
Obviamente, esperamos los acusados reaccionarán ofendidos ¡Cuándo pasó todo eso!. Jesús les responderá: