Lecturas del Domingo: Junio 21, 2020 – No teman

Jeremías
“Jeremías frente a la ruinas de Jerusalén”, por Horace Vernethttp://hdl.handle.net/11259/collection.37341, Public Domain, Link

El día de hoy regresamos al tiempo ordinario de la Iglesia. Esta vez, estamos en la segunda parte del mencionado tiempo, y los sacerdotes regresarán a utilizar las vestiduras de color verde, el cual simboliza la esperanza en nuestra vida.

El tema de hoy es que no debemos tener miedo a los hombres o sus acciones. Aunque pueda parecer una idea loca que sólo la gente que no ha sufrido algún problema de mayor orden la puede decir, la verdad es que teniendo fe en Dios a través de Cristo Jesús, muchos de nuestros problemas pueden desaparecer.

Mucho cuidado, pues Cristo Jesús está en las manos de los científicos, las vacunas, las medicinas, abogados (bueno no todos los abogados), nuestros amigos, y nuestras familias. Así que, no queremos decir que cuando manejes tu auto sueltes el volante y digas: “Yo sé que no me pasará nada“, porque estarás tentando a Dios. O si tienes una enfermedad grave y dejas de tomar tu medicina o tratamiento luego dices “Dios me curará“, y claro que lo hará, ¡pero será a través de las medicinas y tratamientos!

La primera lectura nos habla de Jeremías, esl cual fue un profeta conocido señalar las malas acciones de la gente en las plazas del pueblo israelita. Muchos de sus enemigos querían matarlo porque constantemente los regañaba y arremetía contra sus maldades.

En alguna ocasión, hasta le pidió a Dios que no lo mandara a cierta ciudad, pues temía que ahora sí lo iban a matar. Pero Dios lo convenció de que no temiera, pues Él iba a estar a su lado. Eso fue suficiente para que nuestro profeta se parará en medio de la plaza y predicara sus famoso sermones; y al final salió caminando en medio de la gente sin que le hicieran daño.

En la primera lectura, Jeremías nos dice:

“Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: ‘Denunciemos a Jeremías, denunciemos al profeta del terror’. Todos los que eran mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo: ‘Si se tropieza y se cae, lo venceremos y podremos vengarnos de él’.
“Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán avergonzados de su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable. Señor de los ejercitos, que pones a prueba al justo y conoces lo más profundo de los corazones, haz que yo vea tu venganza contra ellos, porque a tí he encomendado mi causa.
“Canten y alaben al Señor, porque él ha salvado la vida de su pobre de la mano de los malvados”.

Y el Evangelio de San Mateo de hoy, también nos trae un mensaje similar, pero esta vez dirigido a todos nosotros. Esto sucede cuando Jesús se dirige a sus apóstoles:

“No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día, y lo que les digo al oído pregónenlo desde las azoteas.
“No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.
“¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho mas que todos los pájaros del mundo.
“A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante a mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos”.

 

Pascua 2018 – Tercer Domingo de Pascua

Milagro de Emaús
Una bellísima representación de la aparición de Jesús a los peregrinos de Emaús. Disfruten del efecto de luces. Por Matthias StomSelf-photographed, Photograph taken at: Corps et Ombres : Le Caravagisme européen, Musée des Augustins, 23 July 201214 October 2012 , Caroline Léna Becker, Public Domain, Link

La Pascua llegó y tuvimos la gran celebración hace dos domingos, durante la Resurrección. La semana pasada tuvimos el Domingo de Misericordia, y hoy comenzamos en forma la Pascua.

Así como tenemos cuatro domingos de Adviento para prepararnos para la llegada de la Navidad, así tuvimos los cuarenta días de la Cuaresma para prepararnos para la Resurrección. Pero, en esta ocasión, el evento es tan importante, que se extenderá por varias semanas.

Este año, no escucharemos el hermoso relato de la aparición de Jesús a los peregrinos de Emaús, sino que leeremos qué fue lo que sucedió después: Cuando les estaban contando a los Once Apóstoles –Judas, obviamente no está más con ellos– lo que les sucedió en el camino, Jesús se les volvió a aparecer de entre las sombras del lugar donde se encontraban.

Imaginemos por un momento: no hay energía eléctrica ni luces como ahora. Están casi en tinieblas porque tienen miedo a prender lámparas, pues los judíos los están buscando. Es posible que sólo tengan una velita, y a su luz están más de once personas rodeándola. De repente, la figura de Jesús aparece de la nada y los saluda.

La reacción que podemos esperar: “Ellos, desconcertados y llenos de temor, creían ver a un fantasma”.

Jesús respondió:

“No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme y convénzanse, un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo yo”.

Constantemente Jesús nos llama a no temer, a no dejar que el miedo se apodere de nuestro corazón. Su pregunta “¿Por qué surgen dudas en su interior?” no es una al azar, no se trata de un relleno. Es algo muy importante: No duden, crean. Llegarán momentos en los que apóstoles se verán ante situaciones que los harán vacilar, pero estas palabras de Jesús les darán fuerzas y energía.

Pero no nada mas a los apóstoles, sino a todos nosotros. El mensaje de Jesús es para que, cuando estamos en las circunstancias más difíciles de nuestras vidas tengamos la esperanza de que, por su resurrección, las cosas se pueden arreglar, y muchas veces de forma que parecerá milagrosa.

Todos hemos sido testigos de este poder, de una forma u otra. La recuperación de un ser querido, el conseguir un buen trabajo, el consejo o consuelo de alguien cuando más lo necesitamos.

Jesús, después de 2000 años, sigue diciéndonos: No duden, crean.