Mt 23, 23-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos:
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anÃs y del comino, pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que tenÃan que practicar, sin descuidar aquello. ¡GuÃas ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello!
Segunda Carta del Apostol San Pablo a los Tesalonicenses
2 Tes 1, 1-5. 11-12
Silvano, Timoteo y yo, Pablo, deseamos la gracia y la paz que proceden de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor, a la comunidad cristiana de Tesalónica, reunida en el nombre de Dios, nuestro Padre, y en el de Jesucristo, el Señor.
Hermanos: Debemos dar gracias a Dios en todo momento, como es justo, por lo mucho que van prosperando ustedes en la fe y porque el amor que cada uno tiene a los otros es cada vez mayor. Por eso nos mostramos orgullosos de ustedes ante las comunidades cristianas de Dios, y de la constancia y de la fe que ustedes tienen en todas las persecuciones y tribulaciones que están sufriendo. Esta es una prueba de que, en el justo juicio de Dios, serán considerados dignos de su Reino, por el cual ahora padecen.
Oramos siempre por ustedes, para que Dios los haga dignos de la vocación a la que los ha llamado, y con su poder lleve a efecto tanto los buenos propósitos que han formado, como lo que ya han emprendido por la fe. Asà glorificarán a nuestro Señor Jesús y Él los glorificará a ustedes en la medida en que actúe en ustedes la gracia de nuestro Dios y de Jesucristo, el Señor.
Evangelio según San Mateo
Mt 23, 13-22
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos:
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto, y cuando lo consiguen, lo hacen todavÃa más digno de condenación que ustedes mismos!
Pero a ustedes, hermanos, ese dÃa no los tomará por sorpresa, como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del dÃa, no de la noche y las tinieblas.
Por lo tanto, no vivamos dormidos, como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente.
Evangelio según San Mateo
Mt 25, 14-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discÃpulos esta parábola:
El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un talento hizo un hoyo en la tierra y allà escondió el dinero de su señor.
Finalmente, se acercó el que habÃa recibido un talento y le dijo: ‘Señor, yo sabÃa que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquà tienes lo tuyo‘.
Sab 6, 12-16
Radiante e incorruptible es la sabidurÃa;
con facilidad la contemplan quienes la aman
y ella se deja encontrar por quienes la buscan
y se anticipa a darse a conocer a los que la desean.
El que madruga por ella no se fatigará,
porque la hallará sentada a su puerta.
Darle la primacÃa en los pensamientos
es prudencia consumada;
quien por ella se desvela
pronto se verá libre de preocupaciones.
Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco;
de ti sedienta está mi alma.
Señor, todo mi ser te añora
como el suelo reseco añora el agua.
Señor, mi alma tiene sed de ti.
Para admirar tu gloria y tu poder,
con este afán te busco en tu santuario.
Pues mejor es tu amor que la existencia;
siempre, Señor, te alabarán mis labios.
1 Tes 4, 13-18
Hermanos: No queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza. Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que, a los que murieron en Jesús, Dios los llevará con Él.
Lo que les decimos, como palabra del Señor, es esto: que nosotros, los que quedemos vivos para cuando venga el Señor, no tendremos ninguna ventaja sobre los que ya murieron.
Mt 25, 1-13
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discÃpulos esta parábola:
“El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó un grito: ‘¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!‘ Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: ‘Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando‘. Las previsoras les contestaron: ‘No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo‘.
“Ustedes se han apartado del camino, han hecho tropezar a muchos en la ley; han anulado la alianza que hice con la tribu sacerdotal de LevÃ. Por eso yo los hago despreciables y viles ante todo el pueblo, pues no han seguido mi camino y han aplicado la ley con parcialidad”.
Sin duda, hermanos, ustedes se acuerdan de nuestros esfuerzos y fatigas, pues, trabajando de dÃa y de noche, a fin de no ser una carga para nadie, les hemos predicado el Evangelio de Dios.
Ahora damos gracias a Dios continuamente, porque al recibir ustedes la palabra que les hemos predicado, la aceptaron, no como palabra humana, sino como lo que realmente es: palabra de Dios, que sigue actuando en ustedes, los creyentes.
Evangelio según San Mateo
Mt 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discÃpulos:
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestros‘, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre‘, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guÃas‘, porque el ‘guÃa‘ de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.
Bendito seas, Señor, que me proteges;
que tú, mi salvador, seas bendecido.
Tú concediste al rey grandes victorias
y mostraste tu amor a tu elegido.
Tu, Señor, eres mi refugio
Primera Carta del Apostol San Pablo a los Tesalonicenses
1 Tes 1, 5-10
Hermanos: Bien saben cómo hemos actuado entre ustedes para su bien. Ustedes, por su parte, se hicieron imitadores nuestros y del Señor, pues en medio de muchas tribulaciones y con la alegrÃa que da el EspÃritu Santo, han aceptado la palabra de Dios en tal forma, que han llegado a ser ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y Acaya, porque de ustedes partió y se ha difundido la palabra del Señor: y su fe en Dios ha llegado a ser conocida, no sólo en Macedonia y Acaya, sino en todas partes; de tal manera, que nosotros ya no tenÃamos necesidad de decir nada.
Cantemos al Señor un canto nuevo,
que le cante al Señor toda la tierra.
Su grandeza anunciemos a los pueblos;
de nación en nación sus maravillas.
Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor, porque Él es grande,
más digno de alabanza y más tremendo
que todos los dioses paganos, que ni existen;
ha sido el Señor quien hizo el cielo.
Caigamos en su templo de rodillas.
Tiemblen ante el Señor los atrevidos.
“Reina el Señor“. digamos a los pueblos.
El gobierna a las naciones con justicia.
Cantemos la grandeza del Señor.
Primera Carta del Apostol San Pablo a los Tesalonicenses
1 Tes 1, 1-5
Pablo, Silvano y Timoteo deseamos la gracia y la paz a la comunidad cristiana de los tesalonicenses, congregada por Dios Padre y por Jesucristo, el Señor.
En todo momento damos gracias a Dios por ustedes y los tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar las obras que manifiestan la fe de ustedes, los trabajos fatigosos que ha emprendido su amor y la perseverancia que les da su esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.
Mt 22, 15-21
En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de que pudieran acusarlo.
Pero a ustedes, hermanos, ese dÃa no los tomará por sorpresa, como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del dÃa, no de la noche y las tinieblas.
Por lo tanto, no vivamos dormidos, como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente. Porque Dios no nos ha destinado al castigo eterno, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Porque Él murió por nosotros para que, cuando Él vuelva, ya sea que estemos vivos o hayamos muerto, vivamos siempre con Él. Por eso anÃmense mutuamente y ayúdense unos a otros a seguir progresando, como de hecho ya lo hacen.
Evangelio según San Lucas
Lc 4, 31-37
En aquel tiempo, Jesús fue a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Todos estaban asombrados de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad.
Jesús desenrollando el libro en la sinagoga. Autor: James Tissot. Link
Carta del Apostol San Pablo a los Tesalonicenses
1 Tes 4, 13-18
Hermanos: No queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza. Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que, a los que murieron en Jesús, Dios los llevará con Él.
Lo que les decimos, como palabra del Señor, es esto: que nosotros, los que quedemos vivos para cuando venga el Señor, no tendremos ninguna ventaja sobre los que ya murieron.
Lc 4, 16-30
En aquel tiempo, Jesús fue a Nazaret, donde se habÃa criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta IsaÃas, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El EspÃritu del Señor está sobre mÃ, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.
Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en Él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura, que ustedes acaban de oÃr“.
Parábola de los talentos, por A.N. Mironov – CC BY-SA 4.0, Link
Primera Carta del Apostol San Pablo a los Tesalonicenses
1 Tes 4, 9-11
Hermanos: En cuanto al amor fraterno, no necesitan que les escribamos, puesto que ustedes mismos han sido instruidos por Dios para amarse los unos a los otros. Y ya lo practican bien con los hermanos de toda Macedonia. Pero los exhortamos a que lo practiquen cada dÃa más y a que procuren vivir en paz unos con otros, ocupándose cada cual de sus asuntos y trabajando cada quien con sus propias manos, como se lo hemos ordenado a ustedes.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor,
que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
R. Aleluya.
Evangelio según San Mateo
Mt 25, 14-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discÃpulos esta parábola:
El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un talento hizo un hoyo en la tierra y allà escondió el dinero de su señor.
Finalmente, se acercó el que habÃa recibido un talento y le dijo: ‘Señor, yo sabÃa que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquà tienes lo tuyo’.